jueves, 22 de marzo de 2012

Villarato de laboratorio.


Momento de reflexión. Pasaron muchas cosas en El Madrigal. Hacía mucho tiempo que no sentía como me robaban la cartera. Lo del Málaga fue distinto, cierto es que fueron dos penaltis claros no pitados a favor y que la falta de la que vino el gol de Cazorla fue dudosa, pero no fue nada comparado con lo de este miércoles.


Antes de nada quiero decir que el Madrid no jugó bien, y que si hubiese jugado bien habría metido 3 ó 4 al Villarreal, pero aún jugando mal debió ganar el partido. De hecho lo habría ganado de no haber sido por lo que pasó a partir del minuto 82.


Cuando acabó la primera parte ya habíamos visto por dónde iban los tiros. Nada más empezar, en  la que fue prácticamente la primera acción del partido, amarilla a Lassana Diarra. Así, sin más, por una entrada en la que el balón está en juego y golpea al rival sin ninguna mala intención.  Esta amarilla condicionaría el resto del partido en cierto modo, ya que obligó a Mourinho a hacer un cambio en el minuto 28 ante la clara posibilidad de quedarse con 10 a las primeras de cambio. Después, alguna amarilla perdonada al Villarreal y muchas faltas.  Real Madrid y Villarreal tenían el mismo número de amarillas en el descanso después de que el equipo blanco recibiese patadas por doquier. Lo de las tarjetas y nuestro equipo es para hacer un documental, en serio.

Pepe recibió una amarilla por “fingir”, después de recibir un golpe en el labio que le hizo irse al descanso sangrando.  Y el árbitro, después de ver la sangre, se arma de valor y pone en el acta esto:



Es curioso que Pepe reciba amarillas por fingir "por su mala fama" y este argumento se dé  por válido mientras Dani Alves va consiguiendo expulsiones de rivales por ahí (me enervo) retozando por el suelo y gritando como una nena y rara vez ve amarillas por fingir. Él o Busquets, me da igual. Qué pasa, ¿la fama la tienen sólo algunos o como va esto?

Callejón recibió una entrada de Bruno que le podía haber partido la pierna (de hecho tuvo que ser sustituido lesionado por esa acción) y el árbitro ni siquiera le amonestó. Debió ser roja, y estaba delante de la jugada. Increíble.

Y sí, muchos dirán que hay dos penaltis de Arbeloa. Para mí sólo hay uno, seamos serios, en uno de ellos el balón no está ni cerca y en ningún momento la jugada se ve afectada por ese agarrón, ni siquiera frena al jugador del Villarreal. El otro sí, es claro. Debió ser penalti. Pero era el minuto 35. ¿De verdad me tengo que creer que con un 1-0 en el minuto 35 el partido lo habría ganado claramente el Villarreal? Quedaba una hora de partido, por favor…

Además, Paradas Romero no es un árbitro que suela pitar estas cosas, en el Athletic-Barcelona de esta misma temporada pasó esto y no recuerdo que se armase tanto revuelo...





A esto me refiero cuando hablo de “Villarato de laboratorio”. Te quitan durante 45 minutos, te desquician y luego te perdonan un penalti y ya está, sólo se habla de eso, al final resulta que hasta tienes que dar las gracias. ¿Y el brazo/hombro de Zapata cuándo saca el balón bajo palos en la primera parte con un movimiento rarísimo? ¿No lo vamos a ver repetido 80 veces como el muslo de Ramos o el pecho de Higuaín? Qué casualidad, de eso no hay tomas aclaratorias.




En la segunda parte el Madrid fue superior, no creó demasiadas ocasiones pero consiguió que el Villarreal no se acercase al área y logró lo más difícil, ponerse por delante. No aprovechó los minutos siguientes para sentenciar y al final acabaría pagándolo, pero el Villarreal no daba sensación de peligro. Hasta que llegó el minuto 82 y lo que todos sabemos, falta para mí inexistente de Altintop,  Casillas falla al no cubrir su palo y gol de Senna. 

Digo que no es falta porque Altintop lo primero que toca es el balón, que sale despejado hacia el lado contrario, y después, por inercia, impacta en el jugador del Villarreal. Qué tenía que hacer, ¿sacarse una motosierra del bolsillo y cortarse la pierna después de despejar? Y además, ¿por qué tarda tanto en pitarla? Estaba mirando y no lo considera falta, ¿me tengo que creer que la opinión del linier, que está 15 veces más lejos, influye en su decisión? De repente se da cuenta de que es falta peligrosa y se le viene a la cabeza el gol de Cazorla del otro día y pita, otra explicación no me entra en la cabeza.


Lo que pasó después es una manifestación de abuso de poder por parte del árbitro digna de un tirano, expulsando a diestro y siniestro a cualquiera que se le acercase a protestar. ¿Cuándo se ha visto que expulsen a un entrenador por “doble amonestación”?


(hacer click para ver más grande)


Durante TODO el partido, la única labor del cuarto árbitro fue vigilar al banquillo del Madrid, amenazando constantemente a sus integrantes con la expulsión. Nunca había visto algo así. ¿A eso se tiene que dedicar el cuarto árbitro? Y lo de Rui Faria es de escándalo, cada vez que abre la boca le expulsan, me río yo de Piqué cuando habla de premeditación. 

No voy a entender nunca que a los árbitros no se les pueda discutir. Bueno, más bien, que algunos no les puedan discutir, porque no hace mucho, Guardiola, acompañado por Xavi, se subía a la chepa de un linier (fuera del área técnica, como Mou, qué cosas) en Pamplona y ni siquiera fue amonestado. ¿Quién era el árbitro? Sí, exacto, Paradas Romero. Aquí la prueba del delito (a partir del 0:47):





Guardiola sí puede protestar, Mourinho no. Xavi sí puede protestar, Özil no. Mismo árbitro, distinto criterio. Y yo me pregunto... ¿Por qué?


¿La segunda amarilla a Ramos? Justa. ¿La primera? No. Como la amarilla a Xabi Alonso. Es una falta normal y corriente, y como esas había recibido el Madrid a esas alturas del partido 4 ó 5, sin amonestación para el rival. 

¿Reaccionar después del empate? ¿Pero cómo van a reaccionar con nueve jugadores? Imposible, bastante que no cayó ningún gol más.

Arbitraje desquiciante (¿cuántas veces se ha visto tan fuera de sí a jugadores tranquilos como Özil o Benzema?), como el del día del Levante, y demostración, una vez más, de que para que el Madrid pinche tienen que darse dos factores: que no juegue bien y que el árbitro esté en su contra. 

Un arbitraje de esos que, además, dejan huella para jornadas venideras. Para empezar, ni Ramos, ni Özil, ni Mourinho estarán en el próximo partido. Habrá que estar atentos a las más que posibles sanciones a Cristiano Ronaldo y, sobre todo, a Pepe, ya que el árbitro ha tenido la generosa valentía de poner sus insultos en el acta. Como tuviese que poner todos los insultos que recibe por parte de jugadores en sus actas necesitaría talar un bosque entero para conseguir tantos folios.

Y después de todo esto, Mourinho decide no salir a la rueda de prensa para no decir unas cuantas verdades inconvenientes que le costarían un mes de sanción, y de paso se decide que los jugadores tampoco hablen por la misma razón. Por supuesto, recibe críticas por ellos (¿cómo no iba a aparecer la palabra señorío en este entuerto?). Conclusión: Si sale a rueda de prensa y dice lo que piensa, mal. Si no sale para no liarla, mal. Lo que según los periodistas tenía que haber hecho es salir y no protestar, decir que el árbitro ha hecho un maravilloso trabajo. Está claro, lo único que está bien visto es la hipocresía y la mentira. Es lo que vende. 


A veces sólo queda aplaudir...




Y para terminar, la encuesta de AS, ese "diario madridista". Si un día preguntasen si es conveniente poner una bomba en el Bernabéu, ganaría el "sí" con un 80% de los votos. O votan culés, o votan idiotas (valga la redundancia), o votan monos, o las manipulan o yo no entiendo lo que pasa (bueno sí, si lo entiendo, pero es largo de explicar...) con esta Central Lechera que ya no habla de Villaratos, y que está deseando que "haya Liga" para vender sus panfletos llenos de mentiras y manipulación contra el mejor equipo de su ciudad. 





En definitiva, seis puntos siguen siendo muchos, pero no tantos. Son dos partidos. Hay Liga (así sí, desde luego), no soy de los que la daban por ganada hace una semana y desde luego, si estos van a ser los arbitrajes que va a recibir el equipo de aquí a final de temporada el Barcelona está muy vivo. Eso sí, no tiene que cundir el pánico, la distancia debería ser suficiente y si había colchón era para que ante la posibilidad de un tropiezo o dos la situación no fuese dramática. Lo que más me preocupa es la poca madurez de una plantilla joven, poco acostumbrada a soportar la presión de ser líderes durante tantas jornadas y que además es desquiciada partido tras partido. 


No es una cuestión de que se puede ganar la Liga, es una cuestión de que ellos crean que la pueden ganar. Y razones tienen para creer. 

¡Hasta el final, vamos Real!


lunes, 19 de marzo de 2012

Kaká

Sé que muchos, casi todos, los madridistas no estarán de acuerdo en algunas cosas de las que voy a escribir. Lo entiendo. Pero siempre he dicho que diría aquí lo que pienso y seré fiel a ello. Antes de nada, parto de la base de que Kaká es jugador de mi equipo, el Real Madrid, y como tal merece mi respeto y admiración. A esto se le une lo gran jugador que ha sido y el buen jugador que es ahora. Si, buen jugador, sin más. Doy por hecho que nunca volverá a ser el que fue, pero no ha dejado de ser un buen futbolista, apto para cualquier equipo del mundo en mi opinión, incluido el Real Madrid. Aporta cosas distintas, es capaz de crear jugadas donde no las hay y si recupera la confianza, cosa que este año ha pasado por momentos, puede desequilibrar un partido. Y lo más importante, le echa lo que hay que echarle. Corre como el que más y se deja la piel en el campo, lo cuál gusta a su entrenador. Y a mí.


A Kaká se le exige más que a cualquier otro jugador del equipo, en cuanto falla un pase se empiezan a escuchar murmullos en el Bernabéu y si falla dos más, los pitos están asegurados. Me parece injusto, no hay que valorar a Kaká por lo que fue, sino por lo que es ahora. Si la afición era capaz de valorar el esfuerzo de otros jugadores cuando ya no eran ni la mitad de lo que llegaron a ser y su decadencia era evidente, no entiendo por qué no se valora el de Kaká, que todavía puede aportar bastante.




Estaré totalmente de acuerdo con quién me diga que pagar 65 millones por él fue un error. Demasiado dinero para un jugador que la temporada anterior se la había pasado casi entera lesionado y llevaba dos años sin desplegar su mejor nivel. Se debió pagar menos, entonces habría sido un buen fichaje. Seamos honestos, las lesiones no dieron la oportunidad a Kaká de demostrar nada en sus dos primeras temporadas en el Madrid. De hecho, en la primera, hasta que llegó su primera lesión desplegó un fútbol que ilusionaba, sin ser del todo brillante pero bastante digno para estar en fase de adaptación. Llegaron esas lesiones y todo se torció. Y empezó su calvario. Especialmente con la pubalgia. Quién la haya tenido sabe lo que es (es mi caso, quizá por eso entienda su sufrimiento más que quienes piensan que no es una lesión grave). La pubalgia es molesta, no te deja caminar ni correr con libertad, fuerza y limita absolutamente todos tus movimientos, descompensa tus músculos, ya que el cuerpo intenta compensar esa debilidad y en definitiva, te lastra. Y duele mucho. En un futbolista profesional esto se nota mucho, es imposible que no baje su rendimiento. Llegó el Mundial y Kaká forzó para jugarlo. Es lo único que le reprocharía en este tiempo, ya que jugar aquel Mundial en las condiciones en las que estaba agravó aún más sus problemas físicos y retrasó una operación de rodilla que debió hacerse al terminar la temporada anterior. El Mundial es una competición muy bonita para cualquier futbolista, entiendo que forzase, pero no fue una decisión correcta para su carrera. Se equivocó.





Reapariciones sin estar en forma, recaídas, abucheos de una grada que nunca se ha caracterizado por su paciencia... La mente también sufre. Siempre he dicho que el fútbol, como cualquier deporte, es un estado mental, y evidentemente el de Kaká no era óptimo. Había sido uno de los fichajes más caros de la historia, las lesiones frustraban sus intentos de demostrar cosas... la presión pudo con él. Había perdido la confianza en sí mismo.


Y sólo había un hombre capaz de revertir esta situación: José Mourinho. Con él se ha visto al mejor Kaká desde que ganase el Balón de Oro en 2007 y meses después comenzasen sus problemas en el pubis. No ha vuelto a ser el que fue y como he dicho antes, no creo que vuelva, pero ha adquirido una confianza en sí mismo que había perdido, y que todavía no ha recuperado del todo. Me he tomado la molestia de buscar sus estadísticas a lo largo de su carrera (hacer click para ver más grande):





He resaltado la temporada 2006-2007, su mejor campaña, y la actual. Insisto, no es el de 2007 ni creo que vuelva a serlo, pero los números ahí están. Este año lleva sólo una asistencia menos que entonces. En Liga marcó 8 goles, esta temporada lleva 6, y aún quedan 11 partidos por jugarse. En total no creo que se acerque a su cifra goleadora de entonces, pero que a nadie se le olvide que en el Milán, Kaká tiraba los penaltis y aquí no. No son tan distintas las cifras de entonces y las de ahora, y creo que no se está valorando. Su fútbol, evidentemente, no es el mismo, pero decir que no es buen futbolista, en mi opinión, es faltar a la verdad.



Muchos dicen que cobra demasiado para lo que ha rendido (sólo un millón más de lo que cobraba en Milán, por cierto), quizá sea cierto, pero... ¿Cuántos de ellos se bajarían el sueldo por haber estado de baja? Si criticamos la hipocresía de ciertos seres que no vienen al caso, no seamos hipócritas nosotros. Desde que llegó ha intentado ser lo que un día fue. Ha luchado, ha entrenado, ha corrido como el que más. Se ha repuesto de muchas adversidades y lo que antes eran sólo pitos en el Bernabéu, ahora se alterna con aplausos. Yo, personalmente, confío en su profesionalidad. Me gustan los jugadores que trabajan y se sacrifican por el equipo. Nunca tuvo una mala palabra hacia nadie en el club, ni siquiera hacia la afición, que muchas veces no ha valorado su esfuerzo. Aunque no vuelva a deslumbrar, mi respeto lo tiene. Y mi apoyo también. Y como jugador de nuestro equipo que es, muchos deberían plantearse si han sido justos con este futbolista, que por otra parte, no tiene la culpa de que pagasen 65 millones por él.


Me gustaría que Kaká fuese decisivo en alguno de los partidos que restan esta temporada, se lo merece. Además, Mourinho demostró su confianza en él desechando su venta en verano. Si Mourinho confía en él, y yo confío en Mourinho, no sé por qué no puedo confiar en él. ¿Venderlo al acabar la temporada? No es descartable, pero no a cualquier precio, y por supuesto, no sin un recambio. Si la ausencia de Di María no se había traducido en pérdida de puntos hasta el partido ante el Málaga, entre otras cosas, ha sido por la aportación de Kaká.




Cuando a un jugador no le sale nada, hay quién piensa que merece pitos y abucheos. Si fuese por esta gente, ni siquiera Zidane habría triunfado en el Madrid. Y poniendo un ejemplo más cercano en el tiempo, con Benzema habría pasado lo mismo. Espero que alguna vez la afición madridista, como conjunto, se dé cuenta de que lo mejor para un jugador, y para el equipo, son los aplausos y los ánimos. Sentir nuestro aliento en el cogote. Y que los pitos sólo sirven para bloquear anímicamente a los futbolistas y restarles confianza. Quizás algún día...





lunes, 12 de marzo de 2012

Suerte del campeón, te echábamos de menos


Sinceramente, pensaba que el inicio de año iba a resultar más duro para el Madrid de lo que ha resultado ser. No es que los partidos no hayan sido difíciles, ha costado mucho sacar algunos adelante, sobre todo fuera de casa, pero el equipo no se ha dejado ni un solo punto en los meses de enero y febrero (en los que el año pasado se perdió la Liga) y su ventaja sobre el segundo se ha visto ampliada de 3 a 10 puntos. Números abrumadores se miren por dónde se miren. Números de equipo campeón.Y sin Di María, que es un jugador muy importante para el equipo.






Aún así, negar que el Madrid ha tenido suerte en algunos de sus últimos partidos sería negar una evidencia. La tuvo en Vallecas o Mallorca y la tuvo en Sevilla este fin de semana. No obstante, muchos se empeñan en desprestigiar la espectacular trayectoria del equipo diciendo que estos partidos fueron ganados por ayudas arbitrales. De todos ellos, el único en el que a mi juicio el árbitro pudo influir en el resultado fue en el partido ante el Rayo, ya que Ramos debió ser expulsado (Diego Costa también, por cierto) en la primera parte, lo que podía haber condicionado el resultado. Se habla de un “gol anulado” en Mallorca que no fue tal, porque el árbitro pitó media hora antes de que el jugador del Mallorca anotase, sin que Casillas se esforzase en evitarlo, y que además viene de un más que posible penalti a Callejón en la misma jugada. Y en Sevilla, si la mano de Xabi es penalti, la mano de Rubén Castro en el primer gol del Betis también lo es. O las dos o ninguna. En cuanto a la de Ramos, en la toma frontal (que es en la que mejor se han visto las cosas siempre, ¿desde cuándo vale más una vista trasera en la que ni siquiera se ve el balón que una frontal?) se aprecia claramente que el balón le da en el muslo y en cualquier caso, podría haber dudas, pero lo que no se puede afirmar es que es un penalti clamoroso, y mucho menos hablar de robo. Aquí está, por cierto, la toma frontal:



¿Acaso el árbitro no benefició al Barcelona en el Calderón hace dos semanas? ¿Eso no cuenta? ¿Hay dudas sobre si a Busquets le golpeó el balón en la mano o en el muslo?

Lo que parece haber cambiado en el tema arbitral (obviando, por supuesto, el arbitraje de Teixeira en la vuelta de los cuartos de Copa del Rey) es que en las jugadas dudosas ya no se perjudica siempre al Madrid, ya no se antepone la culpabilidad de sus jugadores, aunque el tema de las tarjetas amarillas que recibe el equipo sigue siendo sangrante. Y no ha sido así toda la temporada. Por ejemplo, me gustaría recordar el penoso arbitraje de Turienzo ante el Levante en la primera vuelta, que costó una derrota, expulsando rigurosamente a Khedira en la primera parte y no pitando esta clara mano de Iborra dentro del área, que a muchos parece habérseles olvidado.




Es cierto, el Madrid este año, en Liga, no se puede quejar de los árbitros (de momento), pero no porque le hayan ayudado, sino porque no le han perjudicado, cosa que en los anteriores sí estaba sucediendo. Ha habido suerte, a la que no conviene aferrarse (cualquier día vuelve a cambiar la historia) pero que se echaba de menos. No recuerdo la última vez que se podía decir que el Madrid tenía a menudo lo que llaman la suerte del campeón. Quizá la última vez que el Real Madrid era un equipo verdaderamente campeón.

No todo es suerte aún así, el equipo tiene un oficio y un nivel de sacrificio que no recordaba en muchos años, una confianza en sí mismo que puede resultar vital. Y no creo que haga falta decir que eso se lo debemos atribuir al mejor motivador de los banquillos, ese que nos está haciendo grandes de nuevo, José Mourinho.




Ahora falta lo más difícil, no dejarse llevar por la euforia (el equipo lleva mucho tiempo sin estar líder destacado, es algo nuevo para muchos) y hacer honor al apellido de su suerte y convertirse en campeones. Primero de Liga, y después manteniendo vivo el sueño de la Champions hasta la final de Múnich. No hay ninguna razón para no confiar en este equipo.

P.D. Curioso que desde el Barcelona se quejen de los árbitros y de supuestas ayudas al Madrid cuando son los árbitros los que les han llevado en volandas a la final de Copa del Rey. Y más después de las palabras de Godall, cuya poca repercusión roza lo indignante.

sábado, 10 de marzo de 2012

¿POR QUÉ?


“¿Por qué Obrevo? ¿Por qué Bussaca? ¿Por qué De Bleeckere? ¿Por qué Stark? ¿Por qué? ¿Por qué cada semifinal pasa siempre lo mismo?” “No sé si es la publicidad a Unicef, no sé si es el poder del señor Villar en la UEFA, no sé si es que son muy simpáticos, no sé, no entiendo. Enhorabuena por un fantástico equipo de fútbol, pero enhorabuena por todo lo que tiene también, que debe ser muy difícil de conseguir, ellos han conseguido este poder, los otros no tienen ninguna responsabilidad”. “¿Por qué un equipo de esta dimensión, un fantástico equipo de fútbol, necesita de una cosa que es obvia, que todos lo ven?” 

Esto decía José Mourinho el 27 de abril de 2011, hace poco menos de un año, tras haber sufrido un pésimo arbitraje en la ida de las semifinales de Champions ante el Barcelona. No hace falta que recuerde lo que pasó aquel día, es imposible que cualquier madridista haya sido capaz de borrar de su memoria tan desagradable sensación de frustración y de impotencia al ver que no se podía hacer nada, esa sensación de que ellos tenían que ganar como fuese, esa sensación de que todo estaba pactado, y sería peor tras el partido de vuelta, donde se volvería a repetir la historia.





Algunos nos rendimos ante él, había dicho en apenas 10 minutos de rueda de prensa lo que llevábamos pensando casi 3 años, había dicho públicamente lo que muchos sospechaban pero nadie se atrevía a pronunciar. Evidentemente, le costó caro, fue sancionado, está claro que decir lo que uno piensa en el mundo del fútbol está mal visto, lo que se lleva ahora es la hipocresía.

Mientras gran parte del madridismo secundaba y apoyaba las palabras de su entrenador, algunos decían que se había perdido el norte, que el Madrid y Mourinho habían caído en la paranoia y que insinuar que existía cualquier tipo de conspiración estaba fuera de lugar, que estas cosas no pasaban en el fútbol. Otros se reían de él y de sus palabras. Desde la satisfacción de escuchar las palabras de Godall y Perrin, ex-vicepresidentes del Barcelona en el mandato de Laporta, les mando un saludo a estos últimos.

Y es que estas palabras, pronunciadas por culés y ex-miembros de la directiva del club son muy importantes, son la demostración de que obtuvieron mejor "saldo arbitral" mediante sus buenas influencias ante los que mandan en el fútbol. Me imagino las portadas de todos los diarios deportivos si algún ex-directivo del Real Madrid dijese que Santiago Bernabéu intentaba llevarse bien con Franco para que los árbitros tratasen mejor al Madrid. Me imagino indignación popular y peticiones públicas para que le quitasen al Madrid todos los títulos logrados por el equipo en esa época y le descendiesen a segunda división. Evidentemente, esto no ha tenido la misma repercusión, de hecho me parece sangrante la poca repercusión que ha tenido.




Godall dijo frases como estas: “En su día Joan Laporta lo tuvo clarísimo, "qué candidato apoya Florentino, ¿a Gerardo González? Pues entonces yo creo que al Barça le conviene apoyar a Villar", rompió incluso la disciplina de voto corporativo de la LFP y yo creo que pasamos una época de buena relación con la Federación Española, de buena relación con las entidades donde se cuecen, digamos, los comités de árbitros, la competición, la Liga de fútbol…  Creo que Laporta cultivó mucho y muy a fondo las relaciones con estas instituciones, también a nivel internacional con la UEFA, ECA, FIFA… Y creo que eso nos ayudó”. Y habló sobre las ventajas “a nivel deportivo, cuestiones como el saldo arbitral, si hablamos de diferencia entre lances favorables y desfavorables, y en comparación con los rivales”. Me gustaría destacar eso de "los rivales", ya que supone que sus influencias también obtuvieron recompensa en forma de malos arbitrajes contra el Madrid en Liga durante el mandato de Laporta. 

Perrín, por su parte afirma que Laporta pedía en las Juntas dejar a los árbitros tranquilos, pero que "igual ya se negociaba o se trataba en otros lugares". Y añade que "Son gestiones que se han de saber hacer. Hay que estar". Poco queda que añadir, todo lo han dicho ellos. Su estrategia consistió durante años en hacerle la pelota a los que mandaban para obtener trato preferente no sólo en España, sino en Europa. Más claro el agua y el que no lo quiera ver es problema suyo, que siga recordando a Franco si quiere, aunque ni siquiera viviese en aquella época. 


Es algo que flotaba en el aire, que muchos veníamos diciendo y que en el fondo todos sabíamos. En los últimos años han pasado demasiadas cosas en partidos demasiado importantes como para no sospechar. Se me vienen a la cabeza muchas: lo de Stamford Bridge, la expulsión de Motta con el Inter en el Camp Nou, los dos arbitrajes en ida y vuelta de la semifinal de Champions del año pasado, la expulsión de Van Persie, la vuelta de los cuartos de la Copa del Rey ante el Madrid en el Camp Nou este mismo año (que parece que a muchos se les ha olvidado). Y algo que pocos destacan: aquella Liga que el Barcelona estuvo a punto de ganar gracias a un gol con la mano. Recuerdo más, pero no quiero alargarme, y seguramente algunas se me olvidan.




Cualquier día saldrá a la luz que el Barcelona decidió poner a Unicef en su camiseta para caer bien en la UEFA (Senes Erzik es mano derecha de Villar como vicepresidente ejecutivo de la UEFA y a su vez, director de proyectos de Unicef) y entonces, como ahora, nadie se escandalizará, parecerá hasta normal.


El año pasado todavía se pudo ver que el Barcelona disfrutaba del gran trabajo de influencia ejercido por su anterior presidente, y aunque este año se haya visto menos, esas cosas no se olvidan tan fácilmente. Aunque Rosell no lo esté cultivando como su predecesor, el Barcelona sigue cayendo bien, su protección mediática sigue intacta, y nada parece indicar que cualquier rival del Barcelona en Champions deba estar tranquilo.


Guardiola habla ahora de la Champions League como competición limpia, claramente insinuando que ahora que no le ayudan, la Liga no lo es (no es que le perjudiquen, es que no le ayudan, es que le tratan como a los demás. Se han malacostumbrado). Yo le preguntaría a Guardiola si esa forma de intentar obtener buen trato arbitral mediante poder en las instituciones más importantes del fútbol es una forma limpia de ganar títulos. A mí no me lo parece.


Y para terminar, tengo que decir que me parece lamentable que exista la posibilidad de obtener mejor trato por parte de árbitros y comités sólo por hacer la pelota a quién manda. Parece hasta normal, de hecho todo esto nace de una crítica a Rosell por no hacerlo. Es algo que no pasa sólo en el fútbol, el alumno que protesta por lo que considera injusto siempre recibió peores notas que el pelota que callaba en clase. Pero yo no pensaba, más bien, no quería pensar, que fuese tan fácil recibir buen trato en el mundo del fútbol como en un colegio de primaria.


P.D. Cómo diría Mourinho, el puto amo, el puto jefe: "A MÍ ME DARÍA VERGÜENZA"