miércoles, 26 de diciembre de 2012

En las buenas y en las malas


Corren tiempos difíciles. El actual proyecto deportivo del Madrid atraviesa su momento más difícil desde la llegada de Mourinho en verano de 2010. La Liga está prácticamente perdida cuando no se han disputado ni la mitad de los partidos después de unos primeros tres meses de competición en los que el equipo solo ha desplegado su verdadero potencial en contadas ocasiones y en los que casi todo lo que depende de la suerte ha salido mal.  La prensa siempre ha cargado tintas contra Mou, pero nunca tenía malos resultados en los que apoyarse, ahora sí los tiene. Eso da pie a una escena que, por desgracia, hemos visto demasiadas veces en los últimos años: la prensa influyente en la afición madridista (As y Marca) quiere propiciar un cambio de entrenador.


Ya se criticaba a Mou cuando las cosas iban bien, pero evidentemente las victorias del equipo desmontaban sus argumentos. Tengo el convencimiento de que el cambio de año será un punto de inflexión y en los meses que quedan de competición veremos el equipo que se vio el año pasado, o mejor, y sus argumentos volverán a desmoronarse. Pero hasta que eso llegue, la situación es crítica, porque el acoso y derribo contra el entrenador del Madrid será más fuerte que nunca. Por primera vez ven a su presa débil, y no lo van a dejar pasar. Es aquí donde aparece la afición, y el presidente. Mucho me temo que si As y Marca se lo proponen, se escucharán silbidos contra Mourinho en los próximos partidos en el Bernabéu, porque ya es de sobra conocido el comportamiento de gran parte de los aficionados madridistas. Y cuando esto suceda, será importante que el presidente no pierda la calma que ha tenido estos tres años y no haga locuras a final de temporada. Que no ceda ante el chantaje de la prensa y mantenga a Mourinho como entrenador la temporada que viene, y las que él quiera seguir. Hago aquí un inciso para decir que hay mucha gente que piensa que es Florentino quien consiente y fomenta  estos últimos ataques de la prensa, preparando así el terreno para deshacerse de Mourinho en verano. No lo quiero creer, porque sería verdaderamente doloroso para mí que eso fuese así, y de momento no hay razones para pensar en otra cosa que no sea apoyo al entrenador por parte del presidente, como ha manifestado en muchas ocasiones.






En los últimos tiempos, en el Real Madrid no ha cundido la paciencia, y al mínimo mal resultado del equipo, los entrenadores se iban sucediendo según dictaba la prensa, que ha puesto y quitado entrenadores en los últimos 10 años como le ha dado la gana, con el consentimiento de unos aficionados que parecen ciegos. Yo creo que ya está bien. Sin paciencia es muy difícil que haya éxito en el fútbol. ¿Cuántos años lleva Ferguson en el Manchester United? ¿Cuántas temporadas de las que ha pasado allí no ha podido ganar ni Liga ni Champions? Está claro que soñar con algo así en nuestro equipo es imposible, porque aquí el largo plazo no existe, pero es curioso que quienes pedían hace no mucho un proyecto largo y que no se cambiase de entrenador como de calzoncillos quieran ahora cargarse al primer entrenador que dura más de 2 años desde Del Bosque. No pido que Mourinho esté aquí 25 años, solo pido que le dejen terminar el proyecto que él empezó y no lo tiren por la borda. Y que tengan memoria. Porque hace 3 años estábamos a punto de ser eliminados por séptimo año consecutivo en los octavos de final de la Copa de Europa y un equipo de 2ª B nos había echado de la Copa del Rey, algo que no sorprendía demasiado porque había pasado algunas veces más en años anteriores. Caminábamos hacia una temporada en blanco. Venimos de la mierda. De una travesía por el desierto que comenzó en el fin de la época de los Galácticos y siguió  con una transición difícil hasta llegar al nacimiento del primer proyecto verdaderamente ilusionante desde entonces, y ese es el actual. Un proyecto al que se le han tirado muchas más piedras que flores durante estos 3 años y que pese a todo consiguió poner fin a unos años de hegemonía del eterno rival durante la que lo pasamos verdaderamente mal. No hay ahora mismo un entrenador de fútbol más capacitado que el actual para llevar a este equipo al éxito. Porque este es el entrenador que nos sacó del barro para llevarnos al primer escalón del fútbol mundial, lugar que nunca debimos abandonar pero del que estábamos bastante lejos. Y ese es para mí su título más importante desde que está aquí.


Soy del Madrid por encima de cualquier jugador y entrenador. No soy de Mou antes que del Madrid, simplemente pienso, de verdad, que lo mejor para el Real Madrid es que José Mourinho cumpla su contrato con el club, y si puede ser que lo amplíe. Que se quede aquí hasta que él quiera y que le dejen trabajar. Entre los valores del Madrid destaca uno sobre todos los demás: ganar. Y éste es, sin duda, el hombre indicado para conseguirlo.


Me duele saber que lo que pido es imposible y que cada vez habrá más madridistas envenenados por el discurso que venden As y Marca. Sólo los buenos resultados pueden evitar que la atmósfera en torno al equipo se vuelva insostenible en los próximos meses. Esperemos que lleguen. Y sobre todo, seamos de una vez una afición madura y no apoyemos al equipo sólo cuando gana. Las temporadas no acaban en diciembre, acaban en mayo. Queda mucho por decir.






 El madridismo se demuestra en las buenas, pero sobre todo en las malas.



viernes, 21 de diciembre de 2012

La peor afición del mundo


En esto del fútbol suele pasar que la calidad de las aficiones sea inversamente proporcional a la de sus equipos. Como siempre, hay excepciones, hay grandes equipos con grandes aficiones, como el Liverpool (aunque está claro que la cultura inglesa en ese sentido es distinta a la nuestra) y equipos pequeños cuyos campos están medio vacíos cada fin de semana, como el Getafe. Lo cierto es que en relación afición-grandeza del equipo, no soy capaz de encontrar una afición peor que la del Real Madrid.


Antes de nada quiero decir que no me gusta generalizar y que soy consciente de que muchos aficionados madridistas, por suerte cada vez más, no se identifican con lo que diré a continuación. Cuando hablo de "la peor afición del mundo", me refiero a un sector bastante grande de la afición (tan grande como para dudar si son mayoría o no, yo creo que sí) tanto en el estadio como fuera de él, que tiene comportamientos para mí indignos de la grandeza del equipo al que supuestamente apoyan.


Imagen típica del Bernabéu en cada partido: Piperos abandonando el estadio 5-10 minutos antes de que acabe, sea cual sea el resultado.


Un sector compuesto principalmente por un puñado de mentes débiles fácilmente manipulables por As y Marca, que vienen a ser algo así como su Biblia. Borregos, vaya. En el Bernabéu se silba a quien As y Marca quieren y se aplaude a quien a ellos les interesa. A cualquier aficionado de cualquier equipo del mundo le gustaría tener a Cristiano Ronaldo en su equipo, y si lo tuviera no se escucharían silbidos en su estadio contra él cada vez que un panfleto dijese que no rinde o que no representa "los valores del Madrid". Pero, ¿qué se puede esperar de una afición que en su historia reciente ha silbado a jugadores como Zidane o Ronaldo Nazario? ¡A Zidane y Ronaldo! Y si Di Stéfano jugase hoy, también le silbarían.



No hay que remontarse mucho para encontrar un ejemplo más reciente. Esta temporada, en el partido ante el Manchester City, los aficionados a los que me estoy refiriendo se retrataron ellos mismos, mostraron todo su repertorio: Se silbó a Cristiano Ronaldo a raíz de que dijese que estaba triste tras el anterior partido en el Bernabéu (pocos, pero algunos lo hicieron), se aplaudió a Silva tras no haber hecho ni siquiera un buen partido, por el simple hecho de ser español supongo. Y para rematar, cuando el City marcó el 1-2 en el minuto 85, algunos empezaron a desfilar hacia sus casas. El resultado final del partido me da la razón, pero irse en ese momento habría sido imperdonable aunque se hubiese acabado perdiendo. Hay 11 tíos ahí abajo que están dejándose las pelotas, que van perdiendo sin merecerlo y que sabes que van a intentar marcar hasta el final, ¿y te vas? Y eso por no hablar de los que van al Bernabéu y al mínimo fallo de ciertos jugadores (los que la prensa pone en la diana, claro) comienzan a silbar. Cuando el equipo empieza perdiendo, hay ánimos durante los siguientes 5 minutos, pero si pasan 10 y no se ha empatado empieza el nerviosismo y la música de viento. Deben pensar que la mejor forma de darle confianza al equipo para remontar cuando va perdiendo es silbar. Yo, lo siento, pero tengo otro concepto de aficionado a un equipo de fútbol. No soy quien para repartir carnets de madridismo, pero estas actitudes no están a la altura del mejor equipo de la historia, se mire por donde se mire. Y es, además, una falta de respeto hacia miles de madridistas que se tienen que conformar con ver los partidos desde su casa y se dejarían las manos aplaudiendo y la garganta animando a su equipo si tuvieran ocasión.


La temporada pasada en enero, tras perder dos Clásicos seguidos en el Bernabéu, se silbaba a Mourinho y Cristiano Ronaldo (a este último a raíz de un puñado de portadas de As y Marca destacando que no aparecía contra el Barcelona. Desde entonces les ha marcado en todos los partidos que han jugado ambos equipos, qué cosas). Un amplio sector de la afición pedía que Pepe abandonase el club tras pisar una mano a Messi (cabe recordar que Juanito, ídolo del madridismo, le piso el cuello a un tío y no hay madridista que no le haya perdonado aquello). Esos mismos en mayo, cuando se ganó la Liga estaban en Cibeles como si nada. Tan contentos. 




Yo no tengo nada en contra de que se aplauda a los canteranos cuando salen a calentar o coreen sus nombres cuando saltan al campo. Perfecto. ¿Pero por qué a ellos si y a otros no? ¿Qué han hecho Morata o Nacho por el Madrid que no hayan hecho Modric o Coentrao? En los últimos meses en el Bernabéu se ha coreado más el nombre de Morata que el de Cristiano. Por no hablar de los que silban cuando desde el Fondo Sur se escuchan cánticos a favor de Mourinho, que nos ha sacado de la mediocridad en la que a muchos se les ha olvidado que estábamos antes de que llegara. ¿Razones? En la prensa leen que los españoles son los mejores, que se tenía que haber fichado a "Cazorlita" y no a Modric, que Coentrao es un paquete y que Mou se carga los valores del Madrid. Y actúan en consecuencia, como marionetas.



Y no son solo los que van al estadio los que tienen este modo de actuar (o de dejarse manipular), por la calle y en Twitter se escuchan y leen a menudo frases como "yo pagaría para que se fuesen Mourinho y todos esos mercenarios portugueses, que se están cargando los valores del Madrid", "el Madrid de Mourinho es un equipo defensivo que no juega a nada", "qué malo es Coentrao, vaya forma de tirar 30 millones", "con un poco de suerte perdemos unos cuantos partidos más y echan a Mourinho y volvemos a lo que siempre fuimos" (¿lo que siempre fuimos es perder eliminatorias de Copa con equipos de Segunda B y no pasar de octavos en Champions?)"me gustaba más cuando el Madrid daba una buena imagen con Del Bosque, si se fuesen Cristiano y Mourinho sería un Madrid perfecto", etc. Casualmente, el mismo discurso promovido por la prensa.


Las pancartas con saludos para "Los Manolos", uno de los programas más antimadridistas de la televisión, se han convertido en un clásico en las gradas del Bernabéu.


Miro otras aficiones, como la del Barcelona, y veo menos fisuras a la hora de apoyar a su equipo. Quizá sean igual de borregos que muchos madridistas, pero ellos leen Sport y Mundo Deportivo, y el mensaje que extraen de ahí es muy distinto al que pueda extraer un madridista de As y Marca.


Todo esto, como dije al principio, es generalizar. Hay excepciones y muchas, tanto en el Bernabéu como fuera de él. Pero es evidente que la afición del Real Madrid, que ha ido heredando estos vicios generación tras generación, no está a la altura del equipo, y es triste ver que desde el club no se haga absolutamente nada para evitarlo. Los éxitos de este equipo tienen más mérito aún teniendo en cuenta la afición que tiene detrás. Hoy por hoy es inimaginable un Bernabéu que sea una caldera como lo era hace muchos años, inimaginable un público llevando en volandas a sus jugadores hasta la victoria. Eso duele, pero duele más aún saber que muchos socios y aficionados basan su discurso en lo que leen en As y Marca y no en lo mejor para su equipo.