sábado, 17 de agosto de 2013

Los logros de Mou


Esta es, por desgracia, la última entrada de este blog dedicada al proyecto de José Mourinho como entrenador del Real Madrid. Aunque hace ya más de dos meses de su último partido en el Bernabéu me gustaría hacer balance. Lo que los medios de comunicación están intentando (y consiguiendo) es que en la memoria colectiva se recuerde a Mourinho como alguien que llegó al Madrid poco menos que a destruirlo, que fue un fracaso absoluto como entrenador, que su equipo no jugó bien nunca, que estamos en peor situación que cuando él llegó, que ha dividido a la afición y la plantilla y por tanto, será culpable de cualquier mal resultado del Madrid en el futuro. Muchos hemos sido capaces de valorar el paso de José Mourinho por nuestro equipo sin la tóxica influencia de la prensa, y aquí quedarán escritos sus éxitos, para que no se nos olviden. Por supuesto que ha cometido errores durante estos tres años, muchos, pero bastantes menos de los que se venden. Aquí enumeraré los que para mí han sido sus logros, de los errores (los de verdad y los de mentira) ya se ha hecho y se sigue haciendo demasiada propaganda, no hace falta que los enumere.



1. Devolver al Real Madrid al primer escalón del fútbol mundial. Hoy es difícil ponerse en la situación en la que estaba nuestro equipo hace tres años, pero a mí no se me olvida la sensación de tener miedo a un cruce contra el Olympique de Lyon o una Roma venida a menos, y mucho menos la sensación de no ganar ninguna eliminatoria europea durante 7 años, que se dice pronto. Ahora nos temen, antes no. Habrá quien me diga "el Madrid siempre ha sido un grande en Europa", yo le contesto que íbamos camino de dejar de serlo. Estábamos ya, de hecho, relegados a un segundo plano (segundo bombo en el sorteo, no éramos cabeza de serie). Y a nivel doméstico el Barcelona nos pisaba el cuello sin dejarnos respirar, con un aparato mediático que hoy incluso se ha hecho más fuerte, pero al que al menos alguien se ha enfrentado de una vez, porque hasta la llegada de Mourinho la respuesta del Real Madrid como club no era otra que la sumisión, y muchos tememos que vuelva a serlo ahora que no está. A mí no se me olvida que entre 2002 y 2010 lo que más celebró el madridismo a nivel europeo, casi como un título, fue que el Inter de Mou eliminase al Barcelona y éste no pudiese ganar la Copa de Europa en nuestro estadio. A ese nivel estábamos llegando. Ahora llevamos tres años entre los cuatro mejores, a un paso de la gloria. Antes un precipicio nos separaba de ella.




2. El despertar del madridismo. Ha habido un cambio en la afición. Sí, sigue habiendo miles de mentes débiles manipulables por la prensa que son irrecuperables y, por desgracia, acuden en masa al Bernabéu; pero ha habido un despertar. Gran número de madridistas que estaban mosqueados con la situación, hartos de que las decisiones del club estuvieran directamente influenciadas por la prensa, vieron en Mourinho una figura, una señal, para rebelarse contra las imposiciones mediáticas. Contra el señorío y demás falacias utilizadas para dañar mediáticamente a su equipo. Unieron fuerzas e incluso se enfrentaron a la prensa en ocasiones a través de las redes sociales, destapando sus vergüenzas, mentiras y tirando de hemeroteca para mostrar cómo varían sus opiniones sobre una misma acción dependiendo de quién la haga, cómo intentan adoctrinar a esas mentes débiles que compran su discurso. Y eso no debe morir, del paso de Mourinho por el Madrid queda la semilla de un madridismo crítico e independiente y ahora debe seguir creciendo, entre otras cosas defendiendo al nuevo entrenador de los ataques que seguro recibirá cuando a Relaño, Lama o Segurola deje de interesarles que sea entrenador del equipo. Venden que "Mourinho ha dividido al madridismo" y eso es lo que perdurará, pero el madridismo lleva dividido más de tres años, bastante antes de que llegase Mourinho. Dos corrientes: la que se deja influenciar por la prensa y acepta su discurso y un madridismo más crítico e independiente, que se opone a que As y Marca quiten y pongan entrenadores o hagan campaña contra el jugador o entrenador que no les sigue el juego. Lo único que hizo la figura de Mourinho fue dar fuerza a este último grupo, fue la señal, la figura a la que agarrarse en su lucha por conseguir un Real Madrid independiente.



3.  No se sometió, no nos sometió. El Real Madrid giraba en el año 2010 en una espiral en la que se dejaba llevar por la música de una prensa que le golpeaba sin cesar, aletargado, sin darse cuenta de que esa música le estaba matando lentamente. Nuestro presidente iba a hacer una entrevista al telediario de Cuatro y la entrevista resultaba ser una vergonzosa emboscada en la que sólo faltó que Manolo Lama insultase directamente a Florentino. El Barcelona tenía un aparato mediático enorme, dominando no sólo las portadas de Sport y Mundo Deportivo sino las de As y Marca, que no dudaban un segundo en agrandar la figura de Guardiola y atizar al Madrid a la mínima ocasión. En el madridismo existía la sensación de que nos estaban toreando, tanto mediáticamente como institucionalmente. Los árbitros venían al Bernabéu a reírse de nosotros para salir en el periódico al día siguiente mientras que la suerte del Barcelona era bien distinta (no es que eso haya cambiado, precisamente). Los equipos jugaban contra el Madrid como si se jugasen la final de la Champions y se presentaban rendidos y con suplentes al Camp Nou. Por ahí andaba Relaño denunciando el “Villarato”, pero más tarde demostraría que no era su guerra, porque cuando la teoría del Villarato se opuso a su necesidad de que Mourinho abandonase el Real Madrid la dejó a un lado, nunca más se supo. Y ya está, a los que nos quejábamos nos tomaban por locos, llorones, la prensa de Madrid nos daba la espalda, y lo que era más doloroso, el Real Madrid nos daba la espalda. Nadie, absolutamente nadie, de la directiva o el cuerpo técnico levantaba la voz por escandaloso que fuese un arbitraje en nuestra contra o uno a favor del eterno rival. Sumisión absoluta. Hasta que llegó Mourinho, que no es ese tipo de persona que pasa por el aro sin más. Afortunadamente. Aquella rueda de prensa después de que Stark nos arrebatara el sueño de disputar la final de la Champions de 2011 expulsando injustamente a Pepe y condicionando el resultado fue el punto de inflexión. Mourinho dijo lo que casi todo el madridismo pensaba, por fin alguien del club ponía voz a nuestro pensamiento. Aquello acabaría costándole caro, pero es algo que quedará para siempre en la memoria de aquellos cuyo respeto y cariño se había ganado ya y se terminó de ganar aquella noche. No es que los arbitrajes en contra o los agravios comparativos hayan cesado desde entonces, ni mucho menos, pero al menos durante tres años tuvimos la sensación de que si nos toreaban al menos no nos íbamos a callar sin más, que esa falacia del “señorío” no es poner la otra mejilla mientras todo el mundo se ríe de ti.





4. Fin de la hegemonía del Barcelona. Hay quien se empeña en no reconocerlo, quienes dicen que estamos igual que hace tres años, pero no es verdad. José Mourinho cogió en 2010 un equipo acomplejado, que llevaba casi tres años (desde el 4-1 de la 07-08) sin ganar un partido al eterno rival, perdiendo de forma clara ante un Guardiola que nos había cogido la medida. No en vano, el primer Clásico que disputó el Madrid de Mou ante el Barcelona de Pep, tras apenas dos meses de competición, lo perdió con un rotundo 5-0. El último partido de Mou en el Camp Nou con el Real Madrid acabó 1-3, he ahí la evolución. El equipo tenía una barrera mental en sus enfrentamientos contra el Barcelona parecida a la que tenía con los octavos de final de la Liga de Campeones. Y ninguna de las dos está presente hoy, las hizo desaparecer José Mourinho. Hoy Ancelotti coge un equipo que no teme al Barcelona, un equipo que el año pasado se enfrentó seis veces al eterno rival ganándole en cuatro de ellas, empatando en otra y perdiendo sólo una, que además resultó intrascendente puesto que fue la ida de una Supercopa que acabarían ganando los chicos de Mou. Si hay un equipo que teme al otro hoy el día, es el Barcelona. Aquel complejo terminó, y sólo los madridistas que profesen un odio profundo a José Mourinho no serán capaces de agradecerle tal liberación.



5. Títulos. Tres títulos en tres años, menos de los que se pudieron lograr, menos de los que el equipo seguramente mereció, pero de nada sirve lamentarse, el fútbol no es justicia, es meter la pelota dentro de la portería. La plantilla de estos tres últimos años estaba capacitada para haber ganado algún título más, sin duda, y se quedó a las puertas de varios, pero centrémonos en lo conseguido, que contextualizando, una vez más, no es poco, ya que en tres años el Real Madrid consiguió el mismo número de títulos que en los seis anteriores. El primer año llegó la Copa del Rey, ¡qué bien supo aquello! Fue como una liberación. Un puñetazo encima de la mesa. Un “se acabó vuestra fiesta tiquitaquera, hemos venido a jodérosla, estamos de vuelta”. En Barcelona la duda era cuántos goles nos iban a meter y el Madrid, con aquel inolvidable Pepe en el centro del campo que sacó de quicio a todos, les descompuso el cuerpo en una gran primera parte que acabó 0-0. El signo de estos tres años, grandes minutos del equipo en grandes partidos que acababan sin la recompensa del gol por falta de acierto en el remate final y luego se acababa pagando. Pero esta vez no fue así, y aquel remate de Cristiano Ronaldo de cabeza en la prórroga quedará para la historia. De cómo días después Stark y De Bleeckere no quisieron que la historia se repitiese mejor no hablar, porque todos recordamos lo que pasó. El año siguiente el Real Madrid ganaría la mejor Liga de sus 111 años de historia, la mejor desde que existe la Liga, récord de puntos y récord de goles. Una apisonadora que dominó el campeonato de principio a fin, un equipo sólido, vistoso y goleador. Uno de los mejores Real Madrid de la historia, que se quedó a una tanda de penaltis de la final de una Liga de Campeones que debió ser nuestra. El último año comenzó mal, con un inicio titubeante de Liga pero con la bocanada de aire del que a la postre sería el último título de la era Mou, la Supercopa de España, como no, ante el Barcelona. El primer enfrentamiento de ida y vuelta que ganó el Madrid de Mourinho ante ellos, el primero desde la semifinal de la Liga de Campeones de 2002. Lo que pasó después ya se sabe y no conviene enturbiar un texto homenaje con episodios desagradables como camas, filtraciones y traiciones. A cada cerdo le llega su San Martín. Otra vez a las puertas de la final de la Champions, a un solo gol, y un vestuario que mayoritariamente no supo (no quiso) aceptar las exigencias de su entrenador, creándose un clima de tensión que acabó con su marcha.






En definitiva, es injusto valorar el paso de José Mourinho por el Real Madrid sin contextualizar, trasladando la situación actual del equipo (que le debemos a él) a la situación que había cuando llegó, y eso es precisamente lo que se está haciendo desde que se fue. El Real Madrid de hace tres años era un equipo acomplejado en Europa y sometido al Barcelona, y hoy no es ninguna de las dos cosas. Ese es, sin ninguna duda, el mayor de los éxitos de José Mourinho defendiendo nuestro escudo, y por eso y muchas cosas más le estaré eternamente agradecido y deseando que algún día su camino vuelva a cruzarse con el de mi equipo.





Obrigado, José.






viernes, 24 de mayo de 2013

Vergüenza


Estos tres años he leído y escuchado comentarios de madridistas como "me da vergüenza tener un entrenador como Mourinho que mete dedos en los ojos", "me da vergüenza que el Madrid no juegue nada con Mourinho" y cosas por el estilo.
Bueno, yo también soy madridista y voy a decir lo que a mí me da vergüenza:


Me da vergüenza que durante tres años se haya pitado (ocasionalmente al principio, con regularidad desde hace meses) en el estadio de mi equipo a un entrenador que, entre otras cosas, ha devuelto al Madrid a la élite del fútbol mundial, de la que a muchos se les ha olvidado que habíamos salido tras años de pésima gestión deportiva.

Me da vergüenza que el mejor entrenador del mundo tenga que abandonar mi equipo por presiones de la prensa con el consentimiento de afición y presidente.

Me da vergüenza que el capitán de mi equipo lo único que haya capitaneado sea una revuelta en el vestuario para hacer la cama a su entrenador durante meses.

Me da vergüenza que el capitán de mi equipo le cuente a su novia periodista las interioridades del vestuario y ésta las aireé en directo en televisión (28/1/2013: "El clima dentro del vestuario del Madrid como sabéis todos no es bueno y es "vox populi" que los jugadores no comulgan para nada con Mourinho. Ahora mismo hay división en el vestuario y Mourinho tiene muchos frentes abiertos en el Real Madrid").

Me da vergüenza que en las gradas del Bernabéu se pite a los jugadores a los que se critica en As y Marca sin atender a su rendimiento deportivo.

Me da vergüenza que el presidente del Real Madrid consienta ataques mediáticos contra empleados del club y además invite a comer a periodistas en Navidad y les permita vender "el pijama del Madrid" con el periódico.

Me da vergüenza que el Real Madrid como club ceda constantemente a chantajes y presiones exteriores, sin limitarse a mirar por sus intereses.

Me da vergüenza que se planteé la posibilidad de que el Real Madrid pida a José Mourinho no comparecer en rueda de prensa en el tiempo que le queda como entrenador del equipo.

Me da vergüenza que en la revista oficial del Real Madrid de marzo-mayo (90 páginas) no haya ni una sola foto de Mourinho y apenas un par de menciones, cuando éste ha estado tres años partiéndose la cara por el club.

Me da vergüenza que un entrenador no pueda durar más de tres años en mi equipo porque As y Marca decidan hacer campañas en contra del entrenador de turno y los aficionados les sigan el juego como marionetas.

Me da vergüenza que en el Real Madrid se ningunée a profesionales del fútbol de élite que serían indiscutibles en cualquier otro club del mundo.

Me da vergüenza que en el Bernabéu se haya aplaudido a Xavi Hernández o a Silva "por campeones del mundo".

Me da vergüenza Roncero y quienes le ríen las gracias.

Me da vergüenza que haya muchos socios del Real Madrid descontentos con la gestión actual de Florentino y se vean obligados a votarle porque de lo contrario el club caería en manos de alguien peor.

Me da vergüenza que la afición del Real Madrid no se dé cuenta de que el mayor enemigo del equipo no es el Barcelona sino su entorno.

Me da vergüenza que se desprecien los verdaderos valores del Real Madrid, los de Don Santiago Bernabéu, que son radicalmente opuestos al señorío y la humildad mal entendida que nos venden ahora.


En definitiva, me da vergüenza la situación actual del Real Madrid, no que en un lance de un partido un jugador de una patada a otro o un entrenador le meta el dedo en el ojo al rival.

sábado, 18 de mayo de 2013

Se acabó


Parece ser que se acabó la era Mou en el Real Madrid y no lo ha podido hacer de una forma más dolorosa. La final de Copa se perdió por muchas cosas, pero principalmente porque el fútbol es hacer, no merecer. Lo siento especialmente por Diego López, que merecía dejar su huella siendo partícipe en un título con el equipo de su vida y que en estos meses ha defendido la portería de una forma más que notable, pese a ser ninguneado y maltratado mediáticamente por tener la desgracia de ser del agrado del odiado Mourinho y dejar en el banquillo al niño bonito de la prensa española. Un ejemplo de profesionalidad y compromiso que quedará en el olvido de muchos. No en el mío.

El Real Madrid de Mourinho se ha quedado muchas veces en el "casi" estos tres años. Tres semifinales de Champions perdidas decididas por detalles y esta final, en la que habría sido difícil tener peor suerte. A este equipo le ha faltado una pizca de madurez para convertirse en legendario. Y suerte, porque con la suerte en contra es muy difícil ganar, y pocas veces ha estado de cara en los últimos tres años. 

Pero esta no es la peor derrota del Real Madrid esta temporada. Ni haber perdido la Liga, ni la Copa de Europa. No, la mayor de las derrotas es haber perdido, como todo parece indicar, este proyecto. Doy por hecho que José Mourinho no continuará siendo el entrenador del Real Madrid y es normal, no tiene por qué aguantar tanto a cambio de tan poco. El acoso mediático al que ha sido sometido estos tres años es algo sin precedentes en el mundo del deporte. Vergonzoso, lamentable, vomitivo, repugnante. De vergüenza ajena. Y la pasividad del club ante esto, muy triste. Siempre le agradeceré haberme brindado los tres años de madridismo más salvaje de mi vida. Cuando llegó y vi su forma de hacer las cosas, tan distinta a la que nos tenía acostumbrados el Real Madrid en los años anteriores, pensé que significaría un cambio de rumbo, pero parece que sólo se ha quedado en un paréntesis. 




Es como si este año el fútbol hubiese puesto a prueba al club. Un reto: "a ver si sois capaces de mantener vuestro proyecto y una idea que sabéis ganadora pese a terminar la temporada sin títulos". Haberlo hecho habría sido crecer mucho como club, pero no va a ser así. Si el Real Madrid quiere volver a ser lo que un día (ya por desgracia muy lejano) fue, tiene que plantearse muchas cosas. Institucionalmente no pintamos nada y no se hace nada por evitarlo. No se pueden consentir arbitrajes como el de ayer, y lo malo es que se han consentido muchísimos en los últimos años. No se puede consentir que los medios de comunicación tengan barra libre para despellejar a empleados del club públicamente y permanecer inmóviles mientras adoctrinan al sector manipulable de la afición, que tiene mención aparte y una gran parte de culpa en los males del Real Madrid. No se puede pretender crecer sin adaptarse a los tiempos. Fuimos el mejor club del siglo XX, pero llevamos 13 años en el siglo XXI y el fútbol, como el mundo, ha cambiado mucho. O evolucionamos o morimos, y por desgracia vamos más encaminados a lo segundo. Estos tres años hemos visto la luz, pero por desgracia cuando el sabio apuntaba hacia la Luna, la mayoría se quedó mirando el dedo.

Una lástima. Habrá que ver qué pasa ahora, pero no puedo evitar que la tristeza por el fin de un proyecto que sé que de haberse concluido en 2016 lo habría hecho triunfalmente, me haga ser pesimista. Han ganado los malos. El horizonte lo veo negro, ser del Madrid es levantarse siempre, pero si todo va por los derroteros por los que parece que irá, nos tocará revolcarnos mucho por el suelo.


Pero bueno, aquí estaremos. Hala Madrid.

martes, 14 de mayo de 2013

Según sople el viento


En varias ocasiones a lo largo de esta temporada desde el Diario As se ha utilizado la figura de Vicente Del Bosque como un medio más en su campaña contra José Mourinho. Que si Mou no fue a la gala del Balón de Oro, que si Mou dijo que los votos de dicho premio estaban manipulados "desprestigiando el premio a Del Bosque", que si Mou no mencionó en rueda de prensa que Del Bosque ganó dos Champions con el Madrid... Todo son halagos a Del Bosque, y cuanto más daño pueda hacer a la imagen del todavía entrenador del Real Madrid, más se exagera en la exaltación de la figura del marqués. 

Pero esto no siempre fue así, no siempre les gustó Del Bosque y no siempre le dedicaron los halagos de ahora. Se le llamaba "alineador" (Tomás Guasch en las páginas de As) y hay unos cuantos editoriales del director del periódico, Alfredo Relaño, en los que le atizaba sin contemplaciones. Especialmente éste, pero algunos más como éste, éste o éste otro. En el último habla sobre la final de la Novena, y también habló  poco después de ella en la grabación de un reportaje sobre dicho título. Hace unas semanas Teledeporte emitió un documental sobre las nueve Copas de Europa del Real Madrid en el cual se incluía esa entrevista a Relaño. Me molesté en buscar el vídeo y extraer ese fragmento porque lo que dice no tiene desperdicio. Sirve para hacerse una idea una vez más de cómo se las gasta este personaje, por si alguien no lo había hecho ya.





"Fue un partido que al Madrid no le añadió una gran gloria". (¿Gloria por ganar una final de Copa de Europa? Qué va, hombre)
"Es una victoria un poquito vergonzante para el Madrid". (El madridismo no la celebró, nos quedamos todos tristes en casa muertos de tristeza y vergüenza)
"El Madrid consigue una victoria a la contra, escatimando esfuerzos, jugando con la calidad de sus jugadores". (Cómo osaron jugar con la calidad de sus jugadores, qué barbaridad, a quién se le ocurre aprovechar la calidad de Zidane).


Y después de esto tiene la cara dura de recriminar a Mourinho no estar recordando constantemente todos los títulos que ganó Del Bosque en el Real Madrid. En fin, sobran las palabras.

lunes, 29 de abril de 2013

Hasta el final


Suenan tambores de remontada. Cuesta imaginar algo que se le predisponga imposible al Real Madrid. Ya se puede caer de formas tan dolorosas como la de Dortmund, que si hay una mínima posibilidad de levantar la situación el madridismo se agarra a ella con la fe que se tiene en quien sabes que no te va a fallar, en quien tan pocas veces te ha fallado. Porque quien siente lo que significa este equipo sabe que en su ADN  va implícito dejarse hasta la última gota sudor mientras el objetivo está al alcance. Ha sido así durante muchos años, el Real Madrid lleva en su histórica mochila de viaje gestas que a cualquier equipo del mundo le habrían parecido imposibles, y que fueron hechas realidad por once tíos con sus camisetas blancas llenas de barro, sangre y sudor.



Quizá no sea racional creer en la remontada, ni de sentido común la fe ilimitada en quienes hace una semana no fueron capaces de dar la talla. ¿Por qué la iban a dar ahora? Pues porque sí, porque el fútbol no es racional, porque cada detalle cuenta y cada partido es un mundo, porque 90 minutos en el Bernabéu son muy largos y cinco también y porque somos el jodido Real Madrid y nos hemos ganado el derecho a no ser racionales y creer en nuestro equipo ante cualquier circunstancia.


Al final no es una cuestión de creer o no creer, es saber que este equipo lleva haciendo historia desde que fue fundado hace 111 años a base de derribar muros que a los demás les parecían inalcanzables. Y levantarse. Siempre levantarse. No rendirse. Porque hasta los más grandes caen, pero no es más grande el que menos veces cae, sino el que más veces se levanta.


¿Imposible? Imposible ha sido para cualquier otro equipo del mundo ganar nueve Copas de Europa. Imposible ha sido para cualquier otro equipo de España y de las grandes ligas europeas ganar 32 Ligas. Imposible ha sido para cualquier otro equipo del mundo ser el mejor equipo de la historia del jodido fútbol. Dejemos que sea el Real Madrid una vez más quién decida dónde está la frontera entre lo posible y lo imposible.







HASTA EL FINAL, VAMOS REAL.



(vídeo de @Patrick4HD)

miércoles, 27 de marzo de 2013

No hay derecho



Soy español y no me siento identificado con la Selección Española de fútbol. Y sé que no soy el único, ni mucho menos. ¿Razones? Muchas, pero principalmente la sensación de que cada uno de sus triunfos significa una pedrada al Real Madrid, mi equipo.

Celebré mucho en su día la Eurocopa de 2008. Me alegró aquel triunfo. También el Mundial, aunque ya algo menos. En cambio, no sentí lo mismo el pasado verano con la segunda Eurocopa consecutiva. Y si en su día hubiese sabido lo que vendría después, tampoco lo habría sentido en las otras dos ocasiones.

Para mí la Selección siempre fue algo secundario, siempre he entendido que lo lógico es que la prioridad de un aficionado al fútbol sea su club por encima de la selección de su país. Así lo siento yo. Pero eso no me había hecho nunca librarme de sufrir con sus fracasos o disfrutar con sus éxitos. Hasta ahora. No es que deseé que la Selección pierda, pero en muchas ocasiones me resulta más natural que desear que ganen.



El inicio de los éxitos de la Selección coincide con el nacimiento del maldito tiqui-taca, y fue la temporada siguiente al triunfo en la Eurocopa de 2008 en la que el Barcelona de Guardiola hizo el triplete y el Real Madrid tocó fondo tanto deportiva como institucionalmente. De hecho, en ninguna ocasión los éxitos de la Selección han acarreado consecuencias positivas para el Real Madrid, más bien todo lo contrario, mientras que sí han constituido una parte importante del combustible del Barcelona en sus mejores años. Cabe recordar que en la temporada posterior a la Eurocopa de 2008 llegó su tercera Champions y en la posterior al Mundial de 2010, la cuarta.


Todo nació en la asimilación de los éxitos de la Selección como éxitos del Barcelona. Al meter más jugadores que ningún otro equipo en las convocatorias (en la Eurocopa de 2008 no, pero eso ya lo han borrado de la memoria colectiva), el Barcelona fue erigido como artífice, pese a que se puede afirmar con rotundidad que sin las intervenciones de Iker Casillas, jugador del Real Madrid, ninguno de los triunfos de la Selección habría sido posible. De hecho, sin quitar mérito a los que todo el mundo ve como responsables del éxito de España, Xavi e Iniesta, que evidentemente han sido importantes para este equipo, para mí las dos piezas clave han sido Casillas y Villa (cuando se ganó el Mundial no había jugado aún con el Barcelona). Pero ese no es el tema.





La identificación de los éxitos de la Selección como éxitos del Barcelona llevaría al nacimiento de frases como “la Selección juega como el Barcelona”, cuando en todo caso fue Guardiola quién “copió” a Aragonés, ya que cuando España comenzaba a brillar, el filósofo entrenaba en Segunda B. Y este fue el comienzo de algo que no ha parado de crecer desde entonces: la utilización de la Selección como arma arrojadiza contra el Real Madrid.

Cada triunfo del tiquinaccio de la Selección alimentaba la fama del tiquinaccio del Barcelona. La identificación del “juego de toque”, el de la Selección, como único buen juego posible por parte de la prensa benefició la filosofía del Barcelona. Incluso Xavi se creyó que había inventado el fútbol, y con él millones de mentes débiles de todo el país.


Todo esto alcanzó su clímax con el triunfo de España en el Mundial. Fue a partir de entonces cuando el clima alrededor del éxito de la Selección española comenzó a volverse insoportable para muchos seguidores del Real Madrid.

Alegrarse por goles de jugadores de tu eterno rival, que además te había humillado en los últimos años, era ya difícil en condiciones normales; pero si además después los triunfos de la Selección tienen consecuencias negativas en tu equipo y positivas en el rival, resulta imposible. Si se empeñan en identificar al Barcelona con la Selección, tendrán que entender que haya aficionados del Real Madrid que sientan hacia la Selección algo parecido a lo que sienten hacia el Barcelona.

Tras el Mundial, el chovinismo de la prensa, ya en aumento desde 2008, se disparó. Lo español siempre era lo mejor y los equipos que más españoles tenían los mejor tratados mediáticamente. El chantaje periodístico al Real Madrid para fichar españoles y no extranjeros se ha convertido en una constante y ya se repite cada verano. Si el Madrid ficha a un extranjero siempre será criticado porque podría haber fichado a otro, “que encima es español”.


Al triunfo de España en el Mundial le siguió el comienzo del proyecto de Mourinho en el Real Madrid. Mou era una amenaza seria para el Barcelona, no en vano su Inter les había arrebatado la posibilidad de ganar la Champions el año anterior. La prensa española no tardó en identificar lo que suponía una amenaza para el Barcelona como una amenaza para la Selección, y de este miedo nacería el posterior “Mourinho se está cargando el fútbol español”, palabras pronunciadas por Piqué y acogidas con regocijo en la prensa patria, que llegarían un año después tras la Supercopa y el famoso dedo en el ojo (Tito ni insultó antes ni dio una colleja después, que quede claro).

Durante este período de tiempo, la primera temporada de Mou en el Madrid, llegarían “los malos rollos en la Selección”, provocados por aquella sucesión de Clásicos y alimentados por la prensa, que focalizaba toda la culpa en Mourinho, que según ellos hacía que los jugadores españoles del Madrid odiasen a los del Barcelona. O algo así. Dos no se pelean si uno no quiere, me enseñaron a mí en el colegio hace ya mucho tiempo, pero aquí el único culpable era Mourinho, el Real Madrid, que quería destrozar la Selección. Más mierda. Y además desde entonces se identificó a Mourinho como una amenaza para la Selección española.

Después llegaría la bajada de pantalones de Iker Casillas, que presionado mediáticamente hasta la saciedad, telefoneó a Xavi y Puyol para “hacer las paces”. Pero ni siquiera el hecho de que la iniciativa saliese de un jugador del Real Madrid hizo que el hecho repercutiese positivamente en el equipo blanco. La prensa no dudó en interpretar el gesto como un desafío a Mourinho y se provocó otro revuelo mediático contra el Real Madrid con origen en la Selección. Uno más.


Y además, este fue un punto de inflexión muy importante en la figura del capitán del Real Madrid, al que meses antes habíamos visto así en la semifinal de Champions contra el Barcelona:




Imágenes como ésta rara vez han sido vistas después. Iker anteponía el “el buen rollo” en la Selección a los intereses de su club. La Selección y la prensa arrebataban al Real Madrid a su capitán, que se dejaba ir. Hoy en día entre la lista de prioridades de Iker Casillas (y de Sergio Ramos) se encuentra el buen rollo de la Selección, por encima en muchas ocasiones de la defensa de los intereses del club que capitanean.


Al final de la temporada pasada, con la marcha de Guardiola por la puerta de atrás del Barcelona y el triunfo aplastante del Real Madrid en la Liga, parecía el momento idóneo para un cambio de escenario, para la muerte definitiva del tiqui-taca. Pero España se impuso en la Eurocopa, sin el brillo de otras ocasiones y una vez más con la suerte de cara en los penaltis, pero se impuso. Y la filosofía de juego culé, que estaba en coma, renació, haciendo los inicios de Tito Vilanova en la transición mucho más llevaderos.

A todo lo dicho anteriormente hay que añadir dos cosas: la primera y más importante es que son los éxitos de la Selección los que han generado que el problema de las vacas sagradas en el Real Madrid sea más grave que nunca. Iker Casillas y Sergio Ramos, ídolos de España y ensalzados por la prensa hasta la saciedad,  ya sea por amistad o por interés, tienen un status insostenible en el equipo. Son intocables y la prensa tiene muy fácil utilizar sus figuras para poner a la afición en contra de quien les interese, en este caso José Mourinho. Probablemente sin los éxitos de España ambos capitanes serían también vacas sagradas, pero no hasta tal punto. Son intocables y lo saben. Y las situaciones que esta situación ha creado y las que creará solo tienen a un perjudicado: el Real Madrid.

Lo otro que hay que añadir es que me resulta contradictorio compartir alegrías con quienes torpedean a diario el mejor proyecto deportivo del Real Madrid desde la Novena. Ver contentos a los Relaño, Lama, Carreño, J.J. Santos, Juanma Castaño, etc., fanáticos de la Selección española y el tiqui taca y tan opuestos al Real Madrid actual, solo me produce ganas de desear que suceda lo que les quite la sonrisa de la cara.


Hoy en día, cuando España pierde, se centran los focos en jugadores del Real Madrid, como Arbeloa. Nunca es culpa de los jugadores del Barcelona, pero se hartan de recordarnos que hay tropecientos culés en el once titular cuando España gana. De vez en cuando aparecen supuestas disputas entre jugadores de ambos equipos, pero siempre culpando al madridista y si es posible metiendo a José Mourinho por medio. Y ejemplos hay a montones.


Y no hay derecho. No hay derecho a que cuatro juntaletras se tomen la licencia de utilizar los éxitos de la Selección para atacar a mi equipo. No hay derecho a que hayan conseguido que no disfrute con los triunfos de la Selección de mi país. No hay derecho a que hayan adulterado la opinión de millones de personas apoyándose en las victorias de España. No hay derecho a que estos triunfos sean una de las mayores amenazas para el Real Madrid y una de las mayores ventajas para el Barcelona. Y no se lo voy a perdonar nunca a los responsables.

jueves, 7 de marzo de 2013

La semana


Acabó "la semana" y no pudo hacerlo de mejor manera. Tres partidos, tres victorias. En la final de Copa y en cuartos de Copa de Europa por tercer año consecutivo. Esto último no debería ser noticia, pero por desgracia lo es. Y nunca está de más recordar que estuvimos 6 años sin pasar la barrera de los octavos, que ya se había convertido en un muro. Y que fue la llegada de Mourinho el punto de inflexión este sentido, sacándonos del pozo de mierda en el que nos encontrábamos para meternos de nuevo en la lucha con los grandes de Europa. Hacía 9 años (desde el Bayern en 2004) que el Madrid no ganaba una eliminatoria a un gran rival europeo, que se dice pronto.




No se ha ganado nada, pero había tanto que perder en "la semana" que haberla terminado con un éxito tan rotundo sabe a gloria. Nuestros enemigos se frotaban las manos con la posibilidad de que nuestra temporada acabase a principios de marzo y en las redacciones de As y Marca ya tenían editadas portadas del tipo "Mou hace el ridículo" o "Vete ya", además de las pertinentes encuestas en sus webs preguntando a la masa aborregada qué entrenador debería sustituir a su presa más codiciada. Imaginaban un escenario con el Real Madrid fuera de Europa y el Barcelona con la Liga ganada y en la final de Copa. Veían tan cerca la posibilidad de intoxicar durante 3 meses para conseguir la salida de Mourinho que el desenlace de "la semana" les ha tenido qe sentar como una gran patada en las pelotas. Que se jodan. 

Cuando Modric soltó su latigazo ajustado al palo de De Gea, nuestros enemigos en la prensa, los de "el Madrid tenía que haber fichado a Cazorlita, que es más barato y encima es español", ya intuían el puñetazo en la mandíbula que se iban a llevar.




¿Y ahora? Pues ahora tranquilidad. No se ha ganado nada, pero no se ha perdido. De haber caído en Copa y, sobre todo, en Champions, el proyecto actual del equipo se encontraría hoy al borde del abismo, la campaña mediática contra el entrenador habría sido insostenible. No es que estas victorias aseguren su continuidad, ni mucho menos, pero existe una esperanza que podría haber desaparecido de haberse dado malos resultados.


Toca esperar al sorteo de los cuartos de final de la Champions. Hemos hecho los deberes y estamos en el bombo, ahora a ver si la suerte nos favorece algo más que en los dos sorteos anteriores de esta competición. Toca seguir sufriendo y luchando por cerrar esas bocas que dedican sus esfuerzos a vomitar mierda sobre nuestro equipo, toca seguir desesperando a quienes nos quieren mal. Y sobre todo, toca seguir persiguiendo el sueño de ser campeones de Europa de nuevo. De dejar atrás definitivamente esos años oscuros, de volver a ser grandes de verdad.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Por ahí no paso


Tras el partido de ayer, aquellos que se relamían ante una posible eliminación del Madrid han optado, como no podía ser de otra manera, por decir que se clasificó gracias a que el árbitro expulsó, según ellos injustamente, a Nani. 

Admito que la jugada ofrece dudas y entiendo que haya gente que diga que podría haber sido amarilla, pero no se puede asegurar categóricamente que la expulsión fuese injusta como se ha hecho desde diversos medios. Para empezar, porque el reglamento de la FIFA dice frases como éstas: "Un jugador será culpable de juego brusco grave si emplea fuerza excesiva sobre su adversario en el momento de disputar el balón. Todo jugador que arremeta contra un adversario en la disputa del balón de frente, por un lado o por detrás, utilizando una o ambas piernas con fuerza excesiva y poniendo en peligro la integridad física del adversario, será culpable de juego brusco grave. Se expulsará a todo jugador culpable de juego brusco grave."

Es decir, reglamento en mano, la tarjeta roja injusta no es. Es verdad que Nani no ve a Arbeloa cuando levanta la pierna, pero también es verdad que cuando le ve no solo no hace nada por intentar quitarla sino que la mantiene firme e insiste. Además el teatro que hace después es delator de que sabía que había metido la pata. Aún así, lo peor no es que se asegure que la expulsión es injusta, lo peor es que se intenten justificar con esta expulsión los favores que sí ha recibido el Barcelona en Europa en los últimos años.




Y por ahí no paso. No paso porque lo de ayer, para empezar, no fue un robo. Y no paso porque, por ejemplo, hay muchas diferencias entre la entrada que hizo Nani ayer a Arbeloa y la que hizo Pepe a Alves hace 2 años.






Debería bastar la imagen para darse cuenta de ambas acciones no son comparables, pero explicaré las diferencias para quienes no se quieren enterar.

1. La situación del balón. Pepe lo tocó, Nani no (ni estuvo cerca).
2. Pepe no tocó a Alves, siendo muy generoso diré que le rozó de refilón. Nani le clavó los tacos a Arbeloa en las costillas.
3. Arbeloa no fingió después de la entrada, Alves sí.
4. La entrada de Nani es a la altura de las costillas, la de Pepe muchísimo más abajo.
5. Los jugadores del Madrid no se arremolinaron alrededor del árbitro, que tuvo bastante tiempo para meditar su decisión, tras la entrada a Arbeloa. Los del Barcelona si.






No, definitivamente por ahí no paso. 

Y sobre todo, no consiento que se diga que las decisiones arbitrales han condicionado la eliminatoria a favor del Madrid, porque haciendo un repaso rápido por las acciones polémicas tanto en la ida como en la vuelta me salen las siguientes:


En la ida:
1. Penalti a Di María en la primera parte.
2. Gol del United que viene de un córner que no es.

En la vuelta:
1. Gol del United precedido de un fuera de juego de Van Persie.
2. Penalti no pitado por mano de Rafael en el área del Manchester que además debió ser roja, antes de la expulsión de Nani.
3. La expulsión de Nani.
4. Penalti claro de Ramos pasado el minuto 90.


Incluso en el hipotético caso de que la expulsión de Nani hubiese sido injusta, no sé dónde alguien con algo de criterio puede ver que el arbitraje decidió a nuestro favor. 



miércoles, 27 de febrero de 2013

Luna hiena


Quiso la casualidad que una luna llena (blanca, claro) brillase en el cielo el día que se disputaba la vuelta de la semifinal de Copa en el Camp Nou entre Barcelona y Real Madrid. Y si, como dijo TV3 en medio de la campaña para calentar el partido y condicionar el arbitraje, los jugadores del Madrid son hienas, los del Barcelona ayer fueron carroña. 


Lección táctica del equipo de Mourinho, que se sintió cómodo durante los 90 minutos, basando su juego en una solidez defensiva que anuló al rival casi por completo. No destacaré a ningún jugador porque me parecería injusto. El mejor jugador fue el equipo, el bloque.




El resultado fue 1-3, pero pudieron ser más. Ya tocaba ganarles con solvencia en el marcador,  porque ya habían sido muchas las ocasiones en las que el Madrid había merecido hacerlo en los últimos tiempos. De hecho creo que se han hecho mejores partidos en el Camp Nou que el de ayer en los últimos dos años.

Y es que, de los últimos siete partidos entre ambos equipos, el Real Madrid ha ganado tres y el Barcelona uno. Después del partido de ida decía aquí que la superioridad del Barcelona había desaparecido, y así es. La tendencia se ha invertido. Y justo me parece resaltar una vez más la figura de quien para mi es el artífice de esto, que no es otro que José Mourinho. La evolución desde el Madrid previo a Mou y el de aquel 5-0 de su primer partido en el Camp Nou hasta el que se vio ayer en el mismo escenario es tan evidente que aún parece increíble que haya quien no reconozca su labor. Se vaya cuando se vaya, gane lo que gane, siempre diré que el título más importante de Mourinho en el Madrid  ha sido destruir la distancia sideral que separaba al equipo del Barcelona. Y ojo, no me refiero sólo a lo futbolístico sino, sobre todo, a lo anímico. Porque el Barcelona tenía comida absolutamente la moral de los nuestros. Y eso se acabó.







La de ayer fue la enésima reivindicación de que el juego del Madrid no es peor que el del Barcelona. Son estilos distintos, sin más, y el equipo blanco ayer llevó a cabo el suyo mucho más eficientemente que los culés. Jugó mejor. Y jugó mejor con menos posesión, menos pases y sin tiqui taca.



El madridismo llevaba mucho tiempo esperando una noche así en el Camp Nou. Hemos tragado mucha mierda en los últimos años. Y por fin llegó, pero esto no valdrá de nada si en mayo no se gana la final. Ahora mismo sirve, eso sí, como empuje anímico para visitar Old Trafford la semana que viene con la moral alta, que allí nos jugamos más. Pero bueno, vayamos poco a poco, todo llegará.

Lo que está claro es que con la intensidad y compromiso mostrados ayer, es difícil que se pierda esa eliminatoria. Aunque muchos nos quieran enterrar antes de tiempo, estamos muy vivos.







Y no querría terminar sin decir que me encantaría que el Real  Madrid pidiese jugar la final en el Camp Nou. No por morbo, sino por ver qué se diría cuando el Barcelona se negase, después de que el año pasado se criticase impunemente al Madrid por no ceder el Bernabéu  para la final que disputaron el Athletic y el propio Barcelona.



sábado, 23 de febrero de 2013

"Y encima es español"


La Selección Española ganó la Eurocopa en 2008, luego el Mundial y este pasado verano de nuevo la Eurocopa, y en estos 4 años que han pasado desde el comienzo de sus éxitos, el chovinismo de la prensa deportiva española ha aumentado exponencialmente hasta alcanzar unos límites que rozan la xenofobia. "Lo español es lo mejor y lo demás es una mierda", es lo que nos vienen dando a entender. "Soy español, ¿a qué quieres que te gane?", la famosa frase que ha aparecido en portadas de periódicos deportivos y en cuentas de Twitter de ilustres "periodistas" como Roncero. Curioso que todos estos después tengan la poca vergüenza de decir que Cristiano Ronaldo o Mourinho son chulos y arrogantes, pero eso es otra historia.


La otra noche en la radio, Jorge Valdano aseguraba que en el eventual caso de que Mourinho abandonase el equipo a final de temporada, como sustituto habría que apostar por un entrenador español, supuestamente "volviendo a la esencia", y aseguro esto: "me gustan todos los que están de mitad de tabla para abajo, se acaba de ir Herrera que hacía una propuesta muy interesante, o Paco Jémez". Me ahorro comentar lo que pienso de que alguien pueda considerar que un entrenador de mitad de tabla para abajo de la Liga española sea el adecuado para sustituir al mejor entrenador del mundo en el Madrid porque creo que sobran las palabras. Aunque sí me gustaría recordar que este hombre, cuando tuvo la oportunidad de fichar entrenadores españoles para volver a esa esencia que él se saca de la manga ahora que le conviene, decidió fichar a Queiroz y Pellegrini, y que el artífice de la no renovación de Del Bosque (español, que yo sepa) fue él. Pero no vamos a descubrir nada nuevo de este falso gurú del fútbol, gran amigo de cenar con periodistas. La cuestión es que a raíz de este comentario -chiste- de Valdano se iban a leer cosas interesantes. Cosas como estas:


























Estos dos añaden a la lista a Pepe Mel y JIM, entrenadores de Betis y Levante. A Ulises Sánchez Flor (Marca) los entrenadores contrastados y con experiencia le dan pereza, donde se ponga JIM... Me cuesta imaginar a esta gente proponer entrenadores de equipos de mitad de tabla para abajo en la liga inglesa, italiana o la alemana. Pero es que estos son españoles. Y un entrenador español puede con todo. Porque es español y los españoles somos los mejores, hombre, dónde va a parar. Que ganamos el Mundial.

Y es que ya estamos acostumbrados a ver cosas así. La coletilla "y encima es español" para terminar una serie de halagos a un jugador o entrenador es ya todo un clásico, y las insinuaciones de que lo mejor es fichar españoles, también.















Este es el nivel. Uno llega a pensar que los españoles que se dedican al mundo del fútbol poseen una sustancia única que les hace irremediablemente superiores a los extranjeros. La frase "hay que fichar españoles" (sólo se le exige al Madrid, claro) se repite hasta la saciedad. Este verano tuvimos un claro ejemplo de todo esto con el tema Cazorla-Modric. Lo importante no era qué características de jugador necesitaba o buscaba el Real Madrid, lo importante era que Cazorla era español y campeón de Europa y el Madrid tenía que ficharle antes que a cualquier otro. Y ahora, cada vez que "Cazorlita" (ya se sabe, los españoles que juegan en otras ligas son llamados habitualmente con un diminutivo de este estilo) marca un gol, sale algún periodista lamentando que esté en el Arsenal y no en el Madrid. Y lo mismo pasa con Silva, "Matita" o "Borjita" Valero. Eso sí, cuando tienen actuaciones discretas reina el silencio. 

El problema final de todo esto es el de siempre, la masa aborregada que lee prensa deportiva y adopta sin rechistar los discursos de As o Marca como propios acaba diciendo cosas como estas:































Y así sucesivamente. Ser español será siempre un plus  para el periodismo, y para quienes creen todo lo que leen, también. Es un atenuante cuando hacen algo mal, y las cosas que hacen bien son vistas como hazañas inigualables, sobre todo si han ganado la Eurocopa o el Mundial. Los integrantes de la Selección (salvo los que se salen del discurso de la prensa, véase Arbeloa), son tratados como semidioses que nunca se equivocan, y no hay nadie mejor que ellos.

Yo digo lo que he dicho otras veces, no quiero españoles, quiero a los mejores. Me da igual que los jugadores y entrenadores del Madrid sean de China o de Alcorcón, lo que quiero es que sean los mejores en sus puestos y entiendan la dimensión del club. Y esos no tienen por qué españoles. Basta con hacer un repaso por la historia del Real Madrid para darse cuenta.

viernes, 15 de febrero de 2013

La batalla de la palabra


Mientras que en el terreno de juego (que en buena lógica debería ser lo único importante, pero por desgracia no es así) hemos logrado igualar al Barcelona con el trabajo hecho en los últimos dos años, en el duelo dialéctico y mediático cada vez nos ganan más terreno.

Es una lucha que hay que librar aunque no nos guste, hay que adaptarse a los tiempos, porque en su ventaja en ese terreno se ha fundamentado el dominio barcelonista en los últimos años y su gran poder mediático, muy superior al nuestro. Además de sus ágiles movimientos por las altas esferas del fútbol que ya nos explicó Alfons Godall hace más o menos un año, claro.

Y esa lucha debe partir del club. La guerra mediática decide cosas en el terreno de juego. Por ejemplo, las campañas contra jugadores de un equipo fuerzan que estos sean amonestados en los partidos, los árbitros no son de piedra y si leen durante un mes "este jugador es violento", ese jugador tendrá más posibilidades de ser expulsado que de no serlo. Lo vimos con Pepe hace dos años. Se vio con Ibrahimovic hace dos días. La fama importa. Y hay que luchar por evitar que nuestro  enemigo se salga con la suya con las avalanchas de mierda que se vierten sobre los nuestros. 



Hay que ponerse serios, sobre todo con la prensa madrileña. Ya está bien de que quieran manejar el club y ya está bien de que lo consigan manipulando a los aficionados. Hay que dar un golpe sobre la mesa retirándoles las promociones y la posibilidad de lucrarse con productos oficiales del club. Y hay que ser inflexible con todos los medios que calumnian a algunos de nuestros jugadores y entrenador, por la vía jurídica si es necesario. El Barcelona ha vetado medios y puesto denuncias cuando lo ha creído necesario y no le ha ido nada mal.

Y sobre todo, debemos ser inteligentes. No puede ser que la mitad de las veces que los jugadores del equipo hablen en zona mixta caigan en alguna trampa del periodista de turno o hagan declaraciones que después puedan ser utilizadas para desestabilizar a la plantilla. Eso hay que corregirlo.

Xavi Hernández salió ayer a rueda de prensa y denunció una campaña (inexistente) contra Messi. Aunque no exista, su mensaje cala, porque los medios le han asentado en la opinión pública como una eminencia del fútbol. ¿Por qué no hace lo mismo Iker Casillas? Su mensaje también calaría, al principio dirían que está abducido por Mourinho, pero al final tendrían que tragar. Pero no, nuestro capitán prefiere no comulgar con su entrenador, filtrar cosas del vestuario a través de su novia, ser amigo de Xavi y "no crear mal ambiente en la Selección", cuando desde Barcelona no dejan de demostrar que dicho ambiente les importa un pimiento. Pero bueno, para analizar la actitud del "capitán" del Madrid en los últimos tiempos necesitaría otra entrada. A lo que me refiero es a la nula utilización por parte del club de sus figuras más aceptadas y reconocidas mediáticamente para enviar el mensaje que más beneficie al equipo.

Ellos ponen delante de los micrófonos más veces a Xavi que a otros porque saben que va a decir lo que ellos necesitan. El Barcelona como club insta a sus jugadores a hacer declaraciones desprestigiando al Madrid y defendiendo su discurso, y se quita del medio a quienes no comulgan con esta manera de hacer las cosas. Que se lo pregunten a Eto'o y a Ibrahimovic. 




En este sentido nos tienen mucho terreno ganado, y para más inri, el Real Madrid está a un paso de ir a peor. Estamos en un punto crítico. Si al final de la temporada Florentino (que será reelegido presidente con casi total seguridad), no corta de alguna manera el poder que están adquiriendo las "vacas sagradas" (Iker Casillas y Sergio Ramos) y consiente que estos tengan más importancia en el devenir del club que el entrenador, habremos perdido. El control del Madrid ya no será ni del presidente ni del entrenador, será de un par de jugadores y sus amigos periodistas. Y quién sabe, quizá ese pueda ser el principio de nuestro fin.

Hay que tomárselo en serio.

jueves, 7 de febrero de 2013

Fútbol, barro y colonia


Antes de 2008 también se pasaba el balón. Antes de 2008 también se marcaban goles. Antes de 2008 también se podía disfrutar de un buen partido de fútbol. Antes de 2008 hubo equipos que jugaron muy bien a este deporte, convirtiéndolo en el más popular del mundo, defendiendo distintos estilos que les llevaron al éxito. Parece obvio, ¿no? Pues para muchos no lo es tanto.


El fútbol como lo conocíamos antes está desapareciendo, y no puedo ocultar la tristeza que me produce. Más allá del negocio de dinero e intereses en que se ha convertido, situación que acabará volviéndose insostenible, el deporte rey ha cambiado mucho en los últimos tiempos.


Llevamos cuatro años (desde la Eurocopa del 2008 y el primer Barcelona de Guardiola) en los que se ha asentado la idea de que el ÚNICO buen fútbol es el que se basa en el (maldito) "tiqui taca", que alimentado por todas las buenas críticas recibidas y los resultados obtenidos ha ido degenerando en lo que es ahora:  Una especie de "Catenaccio contemporáneo" que consiste en tener el balón con el objetivo de que no lo tenga el rival, sin atacar, sobre todo cuando van ganando el partido. La Selección de Aragonés no era eso. Tampoco el primer FCB de Guardiola, que jugaba con Yaya Touré en el medio y con Eto'o y Henry arriba, antes de que se inventase eso de jugar sin delanteros.

A mí siempre me ha gustado más el fútbol vertical que el horizontal, y el fútbol directo del Real Madrid me gusta más que el "tiquinaccio", pero eso no quiere decir que el Barcelona y la Selección Española jueguen mal. Juegan a su estilo.






Evidentemente, el resultado que ha dado ese juego tanto al Barcelona como a España está fuera de dudas, y es un estilo que aunque no me guste, respeto. Sobre todo porque pienso que un equipo tiene que explotar sus recursos de la forma que mejor provecho pueda sacarles. Se puede debatir mucho sobre qué es "jugar bien". Para mí no es más que jugar de la forma que te lleve a la victoria, de la forma en que se aprovechen mejor las cualidades de los jugadores de un equipo.


Es por eso que no entiendo, y no consiento, que se exija a todos los equipos jugar así. ¿Acaso es el primer estilo que tiene éxito? ¿Acaso se ha exigido alguna vez al Barcelona copiar el estilo del Madrid de Di Stéfano, el de La Quinta o el de la época dorada de los Galácticos? No. Y es como tiene que ser. El Chelsea ganó la Copa de Europa el año pasado y nunca había visto un campeón tan despreciado y desacreditado mediáticamente. Me parece una absoluta vergüenza que se critique a un equipo que ganó una Champions en la que, de los 4 semifinalistas era el que peor plantilla tenía. ¿Acaso no tiene un mérito enorme? ¿Acaso podrían haberla ganado de otra forma? ¿Tienen que estar tristes por haberla ganado así? Pero está claro el por qué de esta campaña en su contra: eliminaron al equipo del "tiqui taca", la verdad absoluta del fútbol. Si hubieran eliminado al Madrid otro gallo cantaría. Sólo hay que escuchar lo que se comenta del rival en cada pinchazo blanco. "Hicieron su partido", "usaron muy bien sus armas", "desactivarn el ataque del Madrid". Todo elogios. Es el único caso en el que el "antifútbol", como a ellos les gusta llamarlo (término que rechazo profundamente), está justificado, de hecho dejan de llamarlo así para llamarlo "el otro fútbol". Bastante más light.





Los arbitrajes también han evolucionado, hasta el punto de que están convirtiendo el fútbol en baloncesto. Al mínimo contacto, falta. A la mínima entrada (según quién la haga y a quién se la hagan, claro), amarilla. O roja, según les venga en gana. Estamos hartos de ver amarillas y expulsiones por protestar (sin que haga falta insultar) al árbitro. Entrenadores sancionados con 3 partidos por protestar una decisión. La ley de la ventaja agoniza, cada vez menos árbitros saben usarla. Cada vez se ven menos goles de falta directa, porque los árbitros pasan de colocar las barreras bien. Los goles sin haber dado 50 pases antes ya no venden. Cierto es que la Premier League se resiste al cambio, pero poco a poco cede, y acabará haciéndolo. Como ha hecho la Champions, que ya se ha entregado a la protección del "juego de toque". Porque está claro que si a alguien beneficia que se pite falta al mínimo roce es a quien soba el balón durante el 75% del tiempo mareando al rival.


A la hora de entregar premios individuales ya no se premia a los mejores jugadores sin más. Como criterio para votar el Balón de Oro se incluyó recientemente la personalidad y el carisma del jugador. También los entrenadores tienen que ser simpáticos, o parecerlo, si quieren ser reconocidos. En términos de reconocimiento casi es más importante la imagen que se vende que lo que sucede en el terreno de juego. Por favor, que esto es fútbol, no ballet.


Recuerdo con cariño un Real Madrid-Valencia en el Bernabéu de la temporada 2002-2003. Uno de los mejores partidos que nos dejó Zidane, si no el mejor. Barro, goles, broncas, polémica... Y buen fútbol. Un partidazo. Jugadores de la talla de Roberto Carlos, Figo, el mejor Raúl, Zidane o Ronaldo con las camisetas empapadas, y medias y pantalones llenos de barro jugando al ataque y marcando 4 goles a un Valencia que no era lo que es ahora. Quién sabe, quizá el Madrid no tuvo más posesión que el Valencia, pero aquello era fútbol. Fútbol de verdad.






Por que el, entre otras cosas, fútbol son gritos, insultos, contacto, lucha, garra, táctica, calidad en las adversidades, coraje y defensa de unos colores por encima de lo demás. No sólo "tiqui taca" ni bailarinas cayendo al suelo al mínimo contacto.

El fútbol es barro, no colonia.




P.D.: Un regalo para los nostálgicos:





jueves, 31 de enero de 2013

Y Varane se hizo un hombre


La superioridad del Barcelona sobre el Real Madrid ha desaparecido. Hace tiempo que desapareció. Es un hecho. En los últimos 6 partidos entre ambos equipos ha habido 3 empates, 2 victorias del Madrid y 1 del Barcelona. El partido de ayer fue una muestra de ello, sin 5 titulares, con una defensa improvisada y ante el equipo de gala de los blaugranas (salvo Pinto) el equipo de Mou no fue inferior. El equipo ha crecido muchísimo mentalmente en estos partidos, se acabó esa inferioridad moral que tanto daño nos hizo.


El Madrid salió vivo de un partido que se presumía muy complicado por las importantes bajas, sobre todo en defensa. Encajó un gol, cosa poco deseable en un partido en casa en eliminatoria, pero dadas las circunstancias era muy difícil no encajarlo. Y pese a lo que se diga, ambos equipos fallaron claras ocasiones de gol, no solo el Barcelona.





Salvo la pájara de un cuarto de hora del equipo tras el gol del Barcelona en una jugada desafortunada al poco tiempo de empezar el segundo tiempo, que supuso un duro palo psicológico a un equipo que no merecía ir perdiendo, el Madrid cuajó un gran partido como bloque. Mucha presión, gran defensa (Messi se fue a casa sin tirar a puerta) y generación de ocasiones claras de gol. Y un derroche físico admirable. Decir que el Real Madrid no juega bien al fútbol me parece una atrocidad. El Real Madrid juega bien a su fútbol, igual que el Barcelona al suyo. No hay una única forma de jugar a este deporte, precisamente por eso es tan grande. 

Individualizando, Cristiano Ronaldo deja su récord en 6 partidos seguidos marcando ante el Barcelona. No es un récord trascendental, pero nadie en la historia del Real Madrid lo había hecho, y veo difícil que alguien lo vuelva a hacer. A su buen partido de ayer le faltó eso, el gol, pero sus movimientos, sus asociaciones en el centro del campo, su entrega... Es el alma del equipo.


También es justo destacar a Diego López, que se estrenó con solvencia en la portería con un par de paradas decisivas y a Özil, que ante el Barcelona suele hacer grandes partidos y ayer no defraudó, y además atraviesa su mejor momento de forma de la temporada. 


Y no puede haber una crónica del partido de ayer en la que no aparezca Varane. Un chaval de 19 años que se comporta en el campo con la veteranía de un central de 30. Ayer se consagró. Era su primer partido ante el eterno rival y fue el mejor del equipo. Superlativo. Una exhibición. Y lo mejor es que ha demostrado tener la cabeza tan bien amueblada en el tiempo que lleva aquí, que dudo mucho que todos los elogios que recibirá le desestabilicen. Hay central para muchos años.







Tras este empate a uno, todo se decidirá en el Camp Nou, y el Madrid ha demostrado ser capaz de ganar esta eliminatoria. Esperemos que el 27 de febrero estén todos disponibles y pueda ser el equipo de Mourinho el que luzca su once de gala. Estamos vivos. Muy vivos. Llega el tramo importante de la temporada y parece que el equipo empieza a despegar.



¡HALA MADRID!

martes, 8 de enero de 2013

Pequeñas diferencias


El pasado 22 de diciembre el Real Madrid perdió 3-2 ante el Málaga en la Rosaleda, quedándose a 16 puntos del líder en la jornada 17. Se podría decir que la Liga está casi perdida, y que esa noche murieron las pocas esperanzas que quedaban. Pero ese partido estuvo marcado (la prensa se encargó de ello) por la suplencia de Iker Casillas. Suplencia que, por cierto, no tuvo una influencia decisiva en la derrota, ya que Adán poco pudo hacer en los tres goles que encajó. 


Eso me recordó a algo que pasó en la temporada 2010-2011, ya con Mourinho como entrenador. A cuatro partidos del final de la Liga el Madrid perdía contra el Zaragoza en el Bernabéu en medio de la eliminatoria de semifinales de Champions ante el Barcelona y decía adiós casi definitivamente al título de Liga. ¿Y qué pasó ese día? Cristiano Ronaldo, mejor jugador del equipo, no jugó. Ni siquiera fue convocado. Se dijo que a Mourinho no le gustaron unas declaraciones que hizo tras el partido de ida de las semifinales de Champions y que por eso le castigó, pero al día siguiente de la derrota la portada de Marca no era “Mou hace el ridículo”, y la del As no era “Castigo y penitencia”.

Estas fueron las reacciones de As y Marca a la no convocatoria de Cristiano Ronaldo en 2011:


"Mou deja a CR7 fuera de la lucha por el Pichichi"









Como la suplencia de Casillas contra el Málaga no se supo hasta una hora antes del partido, no hay portadas (aunque no es difícil imaginárselas), pero sí reacciones en Twitter de periodistas de ambos periódicos, aquí van unas cuantas:


Que no es lo mismo que "Cristiano tarjeta amarilla".
El ya famoso "se carga a..." dice mucho de la
predisposición con la que se enfoca una noticia.


















Llama la atención la diferencia entre las reacciones, pero lo que más llama la atención, sin lugar a dudas, es la diferencia entre las portadas del día siguiente a ambas derrotas.

Aquí las del día después de decir prácticamente adiós a la Liga sin Cristiano Ronaldo:





























Y aquí las del día después de decir prácticamente adiós a la Liga sin Iker Casillas:































¿Y qué conclusiones se pueden sacar de esto? La primera, que la falta de rigor y de criterio de As y Marca es escandalosa, aunque eso ya lo sabíamos. La segunda, que van descaradamente a por Mourinho, pero eso también lo sabíamos.

Y todo esto sin hablar de las reacciones posteriores al partido de hace dos días ante la Real Sociedad, que no son menos lamentables.


¿Por qué ante dos circunstancias tan similares las reacciones son tan distintas? ¿Por qué Mourinho "hace el ridículo" si pierde con Casillas en el banquillo y si pierde sin su mejor jugador no?

¿Por qué en los últimos días Relaño ha insinuado en uno de sus artículos que dejar a Casillas en el banquillo es "hacer en animal" y hace un par de noches llamó a Mou "mamarracho" y no lo hizo cuando sentó a Cristiano?

Y sobre todo, ¿cómo puede ser tan subnormal el aficionado medio del Real Madrid para no darse cuenta de que se están riendo de él?


Casillas es español, Cristiano Ronaldo es portugués. Ahí está la clave. Una de ellas al menos. Los españoles son intocables por la prensa (todos menos Arbeloa, por mourinhista, y ahora Adán, por ser quién ha jugado en detrimento de Casillas), y si el odiado y perseguido Mourinho sienta a un español, se arma la que se ha armado ahora. También pasó con Sergio Ramos esta misma temporada. Pero no pasaría nunca con Pepe, aunque sea mejor que Ramos en su puesto.


Y es curioso, porque en el Barcelona tenemos el caso de David Villa, también español, también campeón de Europa y del Mundo, que apenas está jugando pese a estar totalmente recuperado de su lesión, que ha sido suplente en casi todos los partidos, ¿y qué dice la prensa? Nada. ¿Cuántas portadas han dedicado a Villa? ¿Hace Tito el ridículo cuando pone a Alexis en su lugar? Claro que no. Pero a los que decimos que hay doble rasero se nos llama locos.


El Real Madrid es un equipo de fútbol, con un entrenador que alinea a los jugadores que cree que mejor lo pueden hacer o a quienes ve más comprometidos y motivados. Yo, personalmente, pienso que las suplencias de Casillas a quienes mejor le van a venir es a él y al equipo, porque necesitaba un toque de atención tras una temporada regular tirando a mala. Y ya que no tiene competencia ni críticas por parte de la prensa, debe ser el entrenador quién se lo dé. Creo que eso busca Mourinho, motivar a Iker para que vuelva a su estado de forma antes habitual. No es que Adán sea mejor que él, es que la única forma de que Iker espabile es dejarle en el banquillo algunos partidos.


Pero claro, a la prensa le jode que Mourinho no deje que las alineaciones las hagan ellos. Les molesta que base sus decisiones en la meritocracia y que para él no haya intocables, porque ellos quieren que Sergio Ramos y Casillas lo sean, porque son sus amigos, porque les han hecho muy felices con la Selección, por ser españoles o yo que coño sé por qué.


Lo más triste de todo esto es que gran parte de la afición del Madrid no entiende esto. No entienden que Iker Casillas sea suplente un par de veces porque para ellos debería jugar siempre haga lo que haga. Y eso no puede ser. No debe haber intocables, ni en el Madrid ni en ningún equipo. Pero el aficionado medio del Real Madrid siempre prefiere adoptar el discurso de la prensa antes que preocuparse de tener un juicio propio y, sobre todo, prefiere ponerse del lado de la prensa antes que del de ese portugués que nos ha sacado de la mediocridad en la que estábamos sumergidos antes de que llegase.


Ah, y el jugador que más está luchando este año, el que está tirando del carro, el que más está dando la cara, no es español, ni canterano. Es portugués y se llama Cristiano Ronaldo. Y esto es información, no opinión.