sábado, 17 de agosto de 2013

Los logros de Mou


Esta es, por desgracia, la última entrada de este blog dedicada al proyecto de José Mourinho como entrenador del Real Madrid. Aunque hace ya más de dos meses de su último partido en el Bernabéu me gustaría hacer balance. Lo que los medios de comunicación están intentando (y consiguiendo) es que en la memoria colectiva se recuerde a Mourinho como alguien que llegó al Madrid poco menos que a destruirlo, que fue un fracaso absoluto como entrenador, que su equipo no jugó bien nunca, que estamos en peor situación que cuando él llegó, que ha dividido a la afición y la plantilla y por tanto, será culpable de cualquier mal resultado del Madrid en el futuro. Muchos hemos sido capaces de valorar el paso de José Mourinho por nuestro equipo sin la tóxica influencia de la prensa, y aquí quedarán escritos sus éxitos, para que no se nos olviden. Por supuesto que ha cometido errores durante estos tres años, muchos, pero bastantes menos de los que se venden. Aquí enumeraré los que para mí han sido sus logros, de los errores (los de verdad y los de mentira) ya se ha hecho y se sigue haciendo demasiada propaganda, no hace falta que los enumere.



1. Devolver al Real Madrid al primer escalón del fútbol mundial. Hoy es difícil ponerse en la situación en la que estaba nuestro equipo hace tres años, pero a mí no se me olvida la sensación de tener miedo a un cruce contra el Olympique de Lyon o una Roma venida a menos, y mucho menos la sensación de no ganar ninguna eliminatoria europea durante 7 años, que se dice pronto. Ahora nos temen, antes no. Habrá quien me diga "el Madrid siempre ha sido un grande en Europa", yo le contesto que íbamos camino de dejar de serlo. Estábamos ya, de hecho, relegados a un segundo plano (segundo bombo en el sorteo, no éramos cabeza de serie). Y a nivel doméstico el Barcelona nos pisaba el cuello sin dejarnos respirar, con un aparato mediático que hoy incluso se ha hecho más fuerte, pero al que al menos alguien se ha enfrentado de una vez, porque hasta la llegada de Mourinho la respuesta del Real Madrid como club no era otra que la sumisión, y muchos tememos que vuelva a serlo ahora que no está. A mí no se me olvida que entre 2002 y 2010 lo que más celebró el madridismo a nivel europeo, casi como un título, fue que el Inter de Mou eliminase al Barcelona y éste no pudiese ganar la Copa de Europa en nuestro estadio. A ese nivel estábamos llegando. Ahora llevamos tres años entre los cuatro mejores, a un paso de la gloria. Antes un precipicio nos separaba de ella.




2. El despertar del madridismo. Ha habido un cambio en la afición. Sí, sigue habiendo miles de mentes débiles manipulables por la prensa que son irrecuperables y, por desgracia, acuden en masa al Bernabéu; pero ha habido un despertar. Gran número de madridistas que estaban mosqueados con la situación, hartos de que las decisiones del club estuvieran directamente influenciadas por la prensa, vieron en Mourinho una figura, una señal, para rebelarse contra las imposiciones mediáticas. Contra el señorío y demás falacias utilizadas para dañar mediáticamente a su equipo. Unieron fuerzas e incluso se enfrentaron a la prensa en ocasiones a través de las redes sociales, destapando sus vergüenzas, mentiras y tirando de hemeroteca para mostrar cómo varían sus opiniones sobre una misma acción dependiendo de quién la haga, cómo intentan adoctrinar a esas mentes débiles que compran su discurso. Y eso no debe morir, del paso de Mourinho por el Madrid queda la semilla de un madridismo crítico e independiente y ahora debe seguir creciendo, entre otras cosas defendiendo al nuevo entrenador de los ataques que seguro recibirá cuando a Relaño, Lama o Segurola deje de interesarles que sea entrenador del equipo. Venden que "Mourinho ha dividido al madridismo" y eso es lo que perdurará, pero el madridismo lleva dividido más de tres años, bastante antes de que llegase Mourinho. Dos corrientes: la que se deja influenciar por la prensa y acepta su discurso y un madridismo más crítico e independiente, que se opone a que As y Marca quiten y pongan entrenadores o hagan campaña contra el jugador o entrenador que no les sigue el juego. Lo único que hizo la figura de Mourinho fue dar fuerza a este último grupo, fue la señal, la figura a la que agarrarse en su lucha por conseguir un Real Madrid independiente.



3.  No se sometió, no nos sometió. El Real Madrid giraba en el año 2010 en una espiral en la que se dejaba llevar por la música de una prensa que le golpeaba sin cesar, aletargado, sin darse cuenta de que esa música le estaba matando lentamente. Nuestro presidente iba a hacer una entrevista al telediario de Cuatro y la entrevista resultaba ser una vergonzosa emboscada en la que sólo faltó que Manolo Lama insultase directamente a Florentino. El Barcelona tenía un aparato mediático enorme, dominando no sólo las portadas de Sport y Mundo Deportivo sino las de As y Marca, que no dudaban un segundo en agrandar la figura de Guardiola y atizar al Madrid a la mínima ocasión. En el madridismo existía la sensación de que nos estaban toreando, tanto mediáticamente como institucionalmente. Los árbitros venían al Bernabéu a reírse de nosotros para salir en el periódico al día siguiente mientras que la suerte del Barcelona era bien distinta (no es que eso haya cambiado, precisamente). Los equipos jugaban contra el Madrid como si se jugasen la final de la Champions y se presentaban rendidos y con suplentes al Camp Nou. Por ahí andaba Relaño denunciando el “Villarato”, pero más tarde demostraría que no era su guerra, porque cuando la teoría del Villarato se opuso a su necesidad de que Mourinho abandonase el Real Madrid la dejó a un lado, nunca más se supo. Y ya está, a los que nos quejábamos nos tomaban por locos, llorones, la prensa de Madrid nos daba la espalda, y lo que era más doloroso, el Real Madrid nos daba la espalda. Nadie, absolutamente nadie, de la directiva o el cuerpo técnico levantaba la voz por escandaloso que fuese un arbitraje en nuestra contra o uno a favor del eterno rival. Sumisión absoluta. Hasta que llegó Mourinho, que no es ese tipo de persona que pasa por el aro sin más. Afortunadamente. Aquella rueda de prensa después de que Stark nos arrebatara el sueño de disputar la final de la Champions de 2011 expulsando injustamente a Pepe y condicionando el resultado fue el punto de inflexión. Mourinho dijo lo que casi todo el madridismo pensaba, por fin alguien del club ponía voz a nuestro pensamiento. Aquello acabaría costándole caro, pero es algo que quedará para siempre en la memoria de aquellos cuyo respeto y cariño se había ganado ya y se terminó de ganar aquella noche. No es que los arbitrajes en contra o los agravios comparativos hayan cesado desde entonces, ni mucho menos, pero al menos durante tres años tuvimos la sensación de que si nos toreaban al menos no nos íbamos a callar sin más, que esa falacia del “señorío” no es poner la otra mejilla mientras todo el mundo se ríe de ti.





4. Fin de la hegemonía del Barcelona. Hay quien se empeña en no reconocerlo, quienes dicen que estamos igual que hace tres años, pero no es verdad. José Mourinho cogió en 2010 un equipo acomplejado, que llevaba casi tres años (desde el 4-1 de la 07-08) sin ganar un partido al eterno rival, perdiendo de forma clara ante un Guardiola que nos había cogido la medida. No en vano, el primer Clásico que disputó el Madrid de Mou ante el Barcelona de Pep, tras apenas dos meses de competición, lo perdió con un rotundo 5-0. El último partido de Mou en el Camp Nou con el Real Madrid acabó 1-3, he ahí la evolución. El equipo tenía una barrera mental en sus enfrentamientos contra el Barcelona parecida a la que tenía con los octavos de final de la Liga de Campeones. Y ninguna de las dos está presente hoy, las hizo desaparecer José Mourinho. Hoy Ancelotti coge un equipo que no teme al Barcelona, un equipo que el año pasado se enfrentó seis veces al eterno rival ganándole en cuatro de ellas, empatando en otra y perdiendo sólo una, que además resultó intrascendente puesto que fue la ida de una Supercopa que acabarían ganando los chicos de Mou. Si hay un equipo que teme al otro hoy el día, es el Barcelona. Aquel complejo terminó, y sólo los madridistas que profesen un odio profundo a José Mourinho no serán capaces de agradecerle tal liberación.



5. Títulos. Tres títulos en tres años, menos de los que se pudieron lograr, menos de los que el equipo seguramente mereció, pero de nada sirve lamentarse, el fútbol no es justicia, es meter la pelota dentro de la portería. La plantilla de estos tres últimos años estaba capacitada para haber ganado algún título más, sin duda, y se quedó a las puertas de varios, pero centrémonos en lo conseguido, que contextualizando, una vez más, no es poco, ya que en tres años el Real Madrid consiguió el mismo número de títulos que en los seis anteriores. El primer año llegó la Copa del Rey, ¡qué bien supo aquello! Fue como una liberación. Un puñetazo encima de la mesa. Un “se acabó vuestra fiesta tiquitaquera, hemos venido a jodérosla, estamos de vuelta”. En Barcelona la duda era cuántos goles nos iban a meter y el Madrid, con aquel inolvidable Pepe en el centro del campo que sacó de quicio a todos, les descompuso el cuerpo en una gran primera parte que acabó 0-0. El signo de estos tres años, grandes minutos del equipo en grandes partidos que acababan sin la recompensa del gol por falta de acierto en el remate final y luego se acababa pagando. Pero esta vez no fue así, y aquel remate de Cristiano Ronaldo de cabeza en la prórroga quedará para la historia. De cómo días después Stark y De Bleeckere no quisieron que la historia se repitiese mejor no hablar, porque todos recordamos lo que pasó. El año siguiente el Real Madrid ganaría la mejor Liga de sus 111 años de historia, la mejor desde que existe la Liga, récord de puntos y récord de goles. Una apisonadora que dominó el campeonato de principio a fin, un equipo sólido, vistoso y goleador. Uno de los mejores Real Madrid de la historia, que se quedó a una tanda de penaltis de la final de una Liga de Campeones que debió ser nuestra. El último año comenzó mal, con un inicio titubeante de Liga pero con la bocanada de aire del que a la postre sería el último título de la era Mou, la Supercopa de España, como no, ante el Barcelona. El primer enfrentamiento de ida y vuelta que ganó el Madrid de Mourinho ante ellos, el primero desde la semifinal de la Liga de Campeones de 2002. Lo que pasó después ya se sabe y no conviene enturbiar un texto homenaje con episodios desagradables como camas, filtraciones y traiciones. A cada cerdo le llega su San Martín. Otra vez a las puertas de la final de la Champions, a un solo gol, y un vestuario que mayoritariamente no supo (no quiso) aceptar las exigencias de su entrenador, creándose un clima de tensión que acabó con su marcha.






En definitiva, es injusto valorar el paso de José Mourinho por el Real Madrid sin contextualizar, trasladando la situación actual del equipo (que le debemos a él) a la situación que había cuando llegó, y eso es precisamente lo que se está haciendo desde que se fue. El Real Madrid de hace tres años era un equipo acomplejado en Europa y sometido al Barcelona, y hoy no es ninguna de las dos cosas. Ese es, sin ninguna duda, el mayor de los éxitos de José Mourinho defendiendo nuestro escudo, y por eso y muchas cosas más le estaré eternamente agradecido y deseando que algún día su camino vuelva a cruzarse con el de mi equipo.





Obrigado, José.






viernes, 24 de mayo de 2013

Vergüenza


Estos tres años he leído y escuchado comentarios de madridistas como "me da vergüenza tener un entrenador como Mourinho que mete dedos en los ojos", "me da vergüenza que el Madrid no juegue nada con Mourinho" y cosas por el estilo.
Bueno, yo también soy madridista y voy a decir lo que a mí me da vergüenza:


Me da vergüenza que durante tres años se haya pitado (ocasionalmente al principio, con regularidad desde hace meses) en el estadio de mi equipo a un entrenador que, entre otras cosas, ha devuelto al Madrid a la élite del fútbol mundial, de la que a muchos se les ha olvidado que habíamos salido tras años de pésima gestión deportiva.

Me da vergüenza que el mejor entrenador del mundo tenga que abandonar mi equipo por presiones de la prensa con el consentimiento de afición y presidente.

Me da vergüenza que el capitán de mi equipo lo único que haya capitaneado sea una revuelta en el vestuario para hacer la cama a su entrenador durante meses.

Me da vergüenza que el capitán de mi equipo le cuente a su novia periodista las interioridades del vestuario y ésta las aireé en directo en televisión (28/1/2013: "El clima dentro del vestuario del Madrid como sabéis todos no es bueno y es "vox populi" que los jugadores no comulgan para nada con Mourinho. Ahora mismo hay división en el vestuario y Mourinho tiene muchos frentes abiertos en el Real Madrid").

Me da vergüenza que en las gradas del Bernabéu se pite a los jugadores a los que se critica en As y Marca sin atender a su rendimiento deportivo.

Me da vergüenza que el presidente del Real Madrid consienta ataques mediáticos contra empleados del club y además invite a comer a periodistas en Navidad y les permita vender "el pijama del Madrid" con el periódico.

Me da vergüenza que el Real Madrid como club ceda constantemente a chantajes y presiones exteriores, sin limitarse a mirar por sus intereses.

Me da vergüenza que se planteé la posibilidad de que el Real Madrid pida a José Mourinho no comparecer en rueda de prensa en el tiempo que le queda como entrenador del equipo.

Me da vergüenza que en la revista oficial del Real Madrid de marzo-mayo (90 páginas) no haya ni una sola foto de Mourinho y apenas un par de menciones, cuando éste ha estado tres años partiéndose la cara por el club.

Me da vergüenza que un entrenador no pueda durar más de tres años en mi equipo porque As y Marca decidan hacer campañas en contra del entrenador de turno y los aficionados les sigan el juego como marionetas.

Me da vergüenza que en el Real Madrid se ningunée a profesionales del fútbol de élite que serían indiscutibles en cualquier otro club del mundo.

Me da vergüenza que en el Bernabéu se haya aplaudido a Xavi Hernández o a Silva "por campeones del mundo".

Me da vergüenza Roncero y quienes le ríen las gracias.

Me da vergüenza que haya muchos socios del Real Madrid descontentos con la gestión actual de Florentino y se vean obligados a votarle porque de lo contrario el club caería en manos de alguien peor.

Me da vergüenza que la afición del Real Madrid no se dé cuenta de que el mayor enemigo del equipo no es el Barcelona sino su entorno.

Me da vergüenza que se desprecien los verdaderos valores del Real Madrid, los de Don Santiago Bernabéu, que son radicalmente opuestos al señorío y la humildad mal entendida que nos venden ahora.


En definitiva, me da vergüenza la situación actual del Real Madrid, no que en un lance de un partido un jugador de una patada a otro o un entrenador le meta el dedo en el ojo al rival.

sábado, 18 de mayo de 2013

Se acabó


Parece ser que se acabó la era Mou en el Real Madrid y no lo ha podido hacer de una forma más dolorosa. La final de Copa se perdió por muchas cosas, pero principalmente porque el fútbol es hacer, no merecer. Lo siento especialmente por Diego López, que merecía dejar su huella siendo partícipe en un título con el equipo de su vida y que en estos meses ha defendido la portería de una forma más que notable, pese a ser ninguneado y maltratado mediáticamente por tener la desgracia de ser del agrado del odiado Mourinho y dejar en el banquillo al niño bonito de la prensa española. Un ejemplo de profesionalidad y compromiso que quedará en el olvido de muchos. No en el mío.

El Real Madrid de Mourinho se ha quedado muchas veces en el "casi" estos tres años. Tres semifinales de Champions perdidas decididas por detalles y esta final, en la que habría sido difícil tener peor suerte. A este equipo le ha faltado una pizca de madurez para convertirse en legendario. Y suerte, porque con la suerte en contra es muy difícil ganar, y pocas veces ha estado de cara en los últimos tres años. 

Pero esta no es la peor derrota del Real Madrid esta temporada. Ni haber perdido la Liga, ni la Copa de Europa. No, la mayor de las derrotas es haber perdido, como todo parece indicar, este proyecto. Doy por hecho que José Mourinho no continuará siendo el entrenador del Real Madrid y es normal, no tiene por qué aguantar tanto a cambio de tan poco. El acoso mediático al que ha sido sometido estos tres años es algo sin precedentes en el mundo del deporte. Vergonzoso, lamentable, vomitivo, repugnante. De vergüenza ajena. Y la pasividad del club ante esto, muy triste. Siempre le agradeceré haberme brindado los tres años de madridismo más salvaje de mi vida. Cuando llegó y vi su forma de hacer las cosas, tan distinta a la que nos tenía acostumbrados el Real Madrid en los años anteriores, pensé que significaría un cambio de rumbo, pero parece que sólo se ha quedado en un paréntesis. 




Es como si este año el fútbol hubiese puesto a prueba al club. Un reto: "a ver si sois capaces de mantener vuestro proyecto y una idea que sabéis ganadora pese a terminar la temporada sin títulos". Haberlo hecho habría sido crecer mucho como club, pero no va a ser así. Si el Real Madrid quiere volver a ser lo que un día (ya por desgracia muy lejano) fue, tiene que plantearse muchas cosas. Institucionalmente no pintamos nada y no se hace nada por evitarlo. No se pueden consentir arbitrajes como el de ayer, y lo malo es que se han consentido muchísimos en los últimos años. No se puede consentir que los medios de comunicación tengan barra libre para despellejar a empleados del club públicamente y permanecer inmóviles mientras adoctrinan al sector manipulable de la afición, que tiene mención aparte y una gran parte de culpa en los males del Real Madrid. No se puede pretender crecer sin adaptarse a los tiempos. Fuimos el mejor club del siglo XX, pero llevamos 13 años en el siglo XXI y el fútbol, como el mundo, ha cambiado mucho. O evolucionamos o morimos, y por desgracia vamos más encaminados a lo segundo. Estos tres años hemos visto la luz, pero por desgracia cuando el sabio apuntaba hacia la Luna, la mayoría se quedó mirando el dedo.

Una lástima. Habrá que ver qué pasa ahora, pero no puedo evitar que la tristeza por el fin de un proyecto que sé que de haberse concluido en 2016 lo habría hecho triunfalmente, me haga ser pesimista. Han ganado los malos. El horizonte lo veo negro, ser del Madrid es levantarse siempre, pero si todo va por los derroteros por los que parece que irá, nos tocará revolcarnos mucho por el suelo.


Pero bueno, aquí estaremos. Hala Madrid.

martes, 14 de mayo de 2013

Según sople el viento


En varias ocasiones a lo largo de esta temporada desde el Diario As se ha utilizado la figura de Vicente Del Bosque como un medio más en su campaña contra José Mourinho. Que si Mou no fue a la gala del Balón de Oro, que si Mou dijo que los votos de dicho premio estaban manipulados "desprestigiando el premio a Del Bosque", que si Mou no mencionó en rueda de prensa que Del Bosque ganó dos Champions con el Madrid... Todo son halagos a Del Bosque, y cuanto más daño pueda hacer a la imagen del todavía entrenador del Real Madrid, más se exagera en la exaltación de la figura del marqués. 

Pero esto no siempre fue así, no siempre les gustó Del Bosque y no siempre le dedicaron los halagos de ahora. Se le llamaba "alineador" (Tomás Guasch en las páginas de As) y hay unos cuantos editoriales del director del periódico, Alfredo Relaño, en los que le atizaba sin contemplaciones. Especialmente éste, pero algunos más como éste, éste o éste otro. En el último habla sobre la final de la Novena, y también habló  poco después de ella en la grabación de un reportaje sobre dicho título. Hace unas semanas Teledeporte emitió un documental sobre las nueve Copas de Europa del Real Madrid en el cual se incluía esa entrevista a Relaño. Me molesté en buscar el vídeo y extraer ese fragmento porque lo que dice no tiene desperdicio. Sirve para hacerse una idea una vez más de cómo se las gasta este personaje, por si alguien no lo había hecho ya.





"Fue un partido que al Madrid no le añadió una gran gloria". (¿Gloria por ganar una final de Copa de Europa? Qué va, hombre)
"Es una victoria un poquito vergonzante para el Madrid". (El madridismo no la celebró, nos quedamos todos tristes en casa muertos de tristeza y vergüenza)
"El Madrid consigue una victoria a la contra, escatimando esfuerzos, jugando con la calidad de sus jugadores". (Cómo osaron jugar con la calidad de sus jugadores, qué barbaridad, a quién se le ocurre aprovechar la calidad de Zidane).


Y después de esto tiene la cara dura de recriminar a Mourinho no estar recordando constantemente todos los títulos que ganó Del Bosque en el Real Madrid. En fin, sobran las palabras.

lunes, 29 de abril de 2013

Hasta el final


Suenan tambores de remontada. Cuesta imaginar algo que se le predisponga imposible al Real Madrid. Ya se puede caer de formas tan dolorosas como la de Dortmund, que si hay una mínima posibilidad de levantar la situación el madridismo se agarra a ella con la fe que se tiene en quien sabes que no te va a fallar, en quien tan pocas veces te ha fallado. Porque quien siente lo que significa este equipo sabe que en su ADN  va implícito dejarse hasta la última gota sudor mientras el objetivo está al alcance. Ha sido así durante muchos años, el Real Madrid lleva en su histórica mochila de viaje gestas que a cualquier equipo del mundo le habrían parecido imposibles, y que fueron hechas realidad por once tíos con sus camisetas blancas llenas de barro, sangre y sudor.



Quizá no sea racional creer en la remontada, ni de sentido común la fe ilimitada en quienes hace una semana no fueron capaces de dar la talla. ¿Por qué la iban a dar ahora? Pues porque sí, porque el fútbol no es racional, porque cada detalle cuenta y cada partido es un mundo, porque 90 minutos en el Bernabéu son muy largos y cinco también y porque somos el jodido Real Madrid y nos hemos ganado el derecho a no ser racionales y creer en nuestro equipo ante cualquier circunstancia.


Al final no es una cuestión de creer o no creer, es saber que este equipo lleva haciendo historia desde que fue fundado hace 111 años a base de derribar muros que a los demás les parecían inalcanzables. Y levantarse. Siempre levantarse. No rendirse. Porque hasta los más grandes caen, pero no es más grande el que menos veces cae, sino el que más veces se levanta.


¿Imposible? Imposible ha sido para cualquier otro equipo del mundo ganar nueve Copas de Europa. Imposible ha sido para cualquier otro equipo de España y de las grandes ligas europeas ganar 32 Ligas. Imposible ha sido para cualquier otro equipo del mundo ser el mejor equipo de la historia del jodido fútbol. Dejemos que sea el Real Madrid una vez más quién decida dónde está la frontera entre lo posible y lo imposible.







HASTA EL FINAL, VAMOS REAL.



(vídeo de @Patrick4HD)

miércoles, 27 de marzo de 2013

No hay derecho



Soy español y no me siento identificado con la Selección Española de fútbol. Y sé que no soy el único, ni mucho menos. ¿Razones? Muchas, pero principalmente la sensación de que cada uno de sus triunfos significa una pedrada al Real Madrid, mi equipo.

Celebré mucho en su día la Eurocopa de 2008. Me alegró aquel triunfo. También el Mundial, aunque ya algo menos. En cambio, no sentí lo mismo el pasado verano con la segunda Eurocopa consecutiva. Y si en su día hubiese sabido lo que vendría después, tampoco lo habría sentido en las otras dos ocasiones.

Para mí la Selección siempre fue algo secundario, siempre he entendido que lo lógico es que la prioridad de un aficionado al fútbol sea su club por encima de la selección de su país. Así lo siento yo. Pero eso no me había hecho nunca librarme de sufrir con sus fracasos o disfrutar con sus éxitos. Hasta ahora. No es que deseé que la Selección pierda, pero en muchas ocasiones me resulta más natural que desear que ganen.



El inicio de los éxitos de la Selección coincide con el nacimiento del maldito tiqui-taca, y fue la temporada siguiente al triunfo en la Eurocopa de 2008 en la que el Barcelona de Guardiola hizo el triplete y el Real Madrid tocó fondo tanto deportiva como institucionalmente. De hecho, en ninguna ocasión los éxitos de la Selección han acarreado consecuencias positivas para el Real Madrid, más bien todo lo contrario, mientras que sí han constituido una parte importante del combustible del Barcelona en sus mejores años. Cabe recordar que en la temporada posterior a la Eurocopa de 2008 llegó su tercera Champions y en la posterior al Mundial de 2010, la cuarta.


Todo nació en la asimilación de los éxitos de la Selección como éxitos del Barcelona. Al meter más jugadores que ningún otro equipo en las convocatorias (en la Eurocopa de 2008 no, pero eso ya lo han borrado de la memoria colectiva), el Barcelona fue erigido como artífice, pese a que se puede afirmar con rotundidad que sin las intervenciones de Iker Casillas, jugador del Real Madrid, ninguno de los triunfos de la Selección habría sido posible. De hecho, sin quitar mérito a los que todo el mundo ve como responsables del éxito de España, Xavi e Iniesta, que evidentemente han sido importantes para este equipo, para mí las dos piezas clave han sido Casillas y Villa (cuando se ganó el Mundial no había jugado aún con el Barcelona). Pero ese no es el tema.





La identificación de los éxitos de la Selección como éxitos del Barcelona llevaría al nacimiento de frases como “la Selección juega como el Barcelona”, cuando en todo caso fue Guardiola quién “copió” a Aragonés, ya que cuando España comenzaba a brillar, el filósofo entrenaba en Segunda B. Y este fue el comienzo de algo que no ha parado de crecer desde entonces: la utilización de la Selección como arma arrojadiza contra el Real Madrid.

Cada triunfo del tiquinaccio de la Selección alimentaba la fama del tiquinaccio del Barcelona. La identificación del “juego de toque”, el de la Selección, como único buen juego posible por parte de la prensa benefició la filosofía del Barcelona. Incluso Xavi se creyó que había inventado el fútbol, y con él millones de mentes débiles de todo el país.


Todo esto alcanzó su clímax con el triunfo de España en el Mundial. Fue a partir de entonces cuando el clima alrededor del éxito de la Selección española comenzó a volverse insoportable para muchos seguidores del Real Madrid.

Alegrarse por goles de jugadores de tu eterno rival, que además te había humillado en los últimos años, era ya difícil en condiciones normales; pero si además después los triunfos de la Selección tienen consecuencias negativas en tu equipo y positivas en el rival, resulta imposible. Si se empeñan en identificar al Barcelona con la Selección, tendrán que entender que haya aficionados del Real Madrid que sientan hacia la Selección algo parecido a lo que sienten hacia el Barcelona.

Tras el Mundial, el chovinismo de la prensa, ya en aumento desde 2008, se disparó. Lo español siempre era lo mejor y los equipos que más españoles tenían los mejor tratados mediáticamente. El chantaje periodístico al Real Madrid para fichar españoles y no extranjeros se ha convertido en una constante y ya se repite cada verano. Si el Madrid ficha a un extranjero siempre será criticado porque podría haber fichado a otro, “que encima es español”.


Al triunfo de España en el Mundial le siguió el comienzo del proyecto de Mourinho en el Real Madrid. Mou era una amenaza seria para el Barcelona, no en vano su Inter les había arrebatado la posibilidad de ganar la Champions el año anterior. La prensa española no tardó en identificar lo que suponía una amenaza para el Barcelona como una amenaza para la Selección, y de este miedo nacería el posterior “Mourinho se está cargando el fútbol español”, palabras pronunciadas por Piqué y acogidas con regocijo en la prensa patria, que llegarían un año después tras la Supercopa y el famoso dedo en el ojo (Tito ni insultó antes ni dio una colleja después, que quede claro).

Durante este período de tiempo, la primera temporada de Mou en el Madrid, llegarían “los malos rollos en la Selección”, provocados por aquella sucesión de Clásicos y alimentados por la prensa, que focalizaba toda la culpa en Mourinho, que según ellos hacía que los jugadores españoles del Madrid odiasen a los del Barcelona. O algo así. Dos no se pelean si uno no quiere, me enseñaron a mí en el colegio hace ya mucho tiempo, pero aquí el único culpable era Mourinho, el Real Madrid, que quería destrozar la Selección. Más mierda. Y además desde entonces se identificó a Mourinho como una amenaza para la Selección española.

Después llegaría la bajada de pantalones de Iker Casillas, que presionado mediáticamente hasta la saciedad, telefoneó a Xavi y Puyol para “hacer las paces”. Pero ni siquiera el hecho de que la iniciativa saliese de un jugador del Real Madrid hizo que el hecho repercutiese positivamente en el equipo blanco. La prensa no dudó en interpretar el gesto como un desafío a Mourinho y se provocó otro revuelo mediático contra el Real Madrid con origen en la Selección. Uno más.


Y además, este fue un punto de inflexión muy importante en la figura del capitán del Real Madrid, al que meses antes habíamos visto así en la semifinal de Champions contra el Barcelona:




Imágenes como ésta rara vez han sido vistas después. Iker anteponía el “el buen rollo” en la Selección a los intereses de su club. La Selección y la prensa arrebataban al Real Madrid a su capitán, que se dejaba ir. Hoy en día entre la lista de prioridades de Iker Casillas (y de Sergio Ramos) se encuentra el buen rollo de la Selección, por encima en muchas ocasiones de la defensa de los intereses del club que capitanean.


Al final de la temporada pasada, con la marcha de Guardiola por la puerta de atrás del Barcelona y el triunfo aplastante del Real Madrid en la Liga, parecía el momento idóneo para un cambio de escenario, para la muerte definitiva del tiqui-taca. Pero España se impuso en la Eurocopa, sin el brillo de otras ocasiones y una vez más con la suerte de cara en los penaltis, pero se impuso. Y la filosofía de juego culé, que estaba en coma, renació, haciendo los inicios de Tito Vilanova en la transición mucho más llevaderos.

A todo lo dicho anteriormente hay que añadir dos cosas: la primera y más importante es que son los éxitos de la Selección los que han generado que el problema de las vacas sagradas en el Real Madrid sea más grave que nunca. Iker Casillas y Sergio Ramos, ídolos de España y ensalzados por la prensa hasta la saciedad,  ya sea por amistad o por interés, tienen un status insostenible en el equipo. Son intocables y la prensa tiene muy fácil utilizar sus figuras para poner a la afición en contra de quien les interese, en este caso José Mourinho. Probablemente sin los éxitos de España ambos capitanes serían también vacas sagradas, pero no hasta tal punto. Son intocables y lo saben. Y las situaciones que esta situación ha creado y las que creará solo tienen a un perjudicado: el Real Madrid.

Lo otro que hay que añadir es que me resulta contradictorio compartir alegrías con quienes torpedean a diario el mejor proyecto deportivo del Real Madrid desde la Novena. Ver contentos a los Relaño, Lama, Carreño, J.J. Santos, Juanma Castaño, etc., fanáticos de la Selección española y el tiqui taca y tan opuestos al Real Madrid actual, solo me produce ganas de desear que suceda lo que les quite la sonrisa de la cara.


Hoy en día, cuando España pierde, se centran los focos en jugadores del Real Madrid, como Arbeloa. Nunca es culpa de los jugadores del Barcelona, pero se hartan de recordarnos que hay tropecientos culés en el once titular cuando España gana. De vez en cuando aparecen supuestas disputas entre jugadores de ambos equipos, pero siempre culpando al madridista y si es posible metiendo a José Mourinho por medio. Y ejemplos hay a montones.


Y no hay derecho. No hay derecho a que cuatro juntaletras se tomen la licencia de utilizar los éxitos de la Selección para atacar a mi equipo. No hay derecho a que hayan conseguido que no disfrute con los triunfos de la Selección de mi país. No hay derecho a que hayan adulterado la opinión de millones de personas apoyándose en las victorias de España. No hay derecho a que estos triunfos sean una de las mayores amenazas para el Real Madrid y una de las mayores ventajas para el Barcelona. Y no se lo voy a perdonar nunca a los responsables.