martes, 22 de mayo de 2012

Nuestro estadio es NUESTRO

Artículo publicado en La Compañía Blanca:
http://www.lacompaniablanca.com/nuestro-estadio-es-nuestro/

"La final de Copa debería ser siempre en el Bernabéu." Esta es una idea que lleva en el ambiente mucho tiempo, pero que ahora cobra más fuerza (después de la polémica de este año), propulsada por la Central Churrera, especialmente por un pipero manipulador como es Alfredo Relaño.


Y es que se supone que es la solución ideal y perfecta para todos, incluso para el Real Madrid. Como aficionado al club de cuyo estadio se habla como si no fuese suyo, me considero en el derecho de opinar, y me cuesta verle ventajas a que siempre se juegue en el Bernabéu. 






Para empezar, los aficionados más antimadridistas (a estas alturas de la película, casi todo el que no es madridista está en este grupo) lo verían como una especie de trato de favor al Madrid, como si la Federación estuviese diciendo que es el equipo más importante y su estadio, el mejor; y la prensa catalana lo vendería como tal. Por si ya nos odian poco, nos odiarían más aún, seríamos "los favoritos", cuando en realidad somos todo lo contrario.


En cuanto a lo deportivo, si el Real Madrid llegase a la final, el rival se quejaría por tener que viajar mientras que el Madrid no. Si nuestro equipo ganase esa eventual final, se desprestigiaría y se diría que jugó con ventaja por jugar "en casa." Si la perdiese, sería objeto de mofa y burla (10 años después, media España todavía se ríe de nosotros por el "Centenariazo"), y para qué hablar de lo que pasaría si la perdiese contra el Barcelona (que por otra parte parece que está deseando jugar aquí una final de lo que sea, pero los segundones somos nosotros). Culés destrozando asientos, paseando su victoria por las calles de Madrid, yendo a Cibeles... Y paro ya porque se me revuelven las tripas. Todo esto es aplicable a cualquier final que ganase el Barcelona en el Bernabéu (y equipos altamente antimadridistas, como Atlético y Athletic), no sólo contra el Madrid.


¿Prestigio? Por favor, seamos serios, el Bernabéu no necesita salir en la tele en una final de Copa para ser reconocido como uno de los mejores estadios del planeta, cada partido de Liga jugado en él se ve en medio mundo.

¿Dinero? Sinceramente, no sé cuál es el beneficio económico de que la final de Copa se dispute en tu estadio, pero no debe ser mucho dado que pese a la delicada situación económica de algunos clubes importantes, no se pelean por albergarla precisamente.

¿Aforo? Camp Nou tiene más (99.354 espectadores por los 85.454 del Bernabéu), que no nos la intenten colar con la película de que es el estadio más grande, porque no lo es.

¿Hosteleros? Claro que los de Madrid lo agradecerían, pero a los de Valencia o Sevilla no creo que les hiciese mucha gracia que nunca se jugase la final en sus ciudades.

Además, con todas estas polémicas se obvian detalles como que la final de Copa se ha disputado solamente 3 veces en el Camp Nou (repito, con más aforo que el Bernabéu, y el que más tiene del país) a lo largo de la historia, por no hablar de San Mamés, uno de los campos más emblemáticos de España, donde nunca se ha jugado ninguna (en el País Vasco no se juega desde 1924). Sea por temas políticos en los que no quiero entrar o sea por lo que sea, sencillamente no les da la gana que se juegue ahí. Y a mí me da igual, si no quieren ceder sus estadios que no los cedan, pero que no vengan exigiendo a los demás que lo hagamos. Es lo de siempre, ellos hacen lo que les da la gana y nadie dice nada. 


Aún así, todo esto podría evitarse de muchas maneras, pero la Federación Española de Fútbol (Villar, en resumidas cuentas) se empeña día tras día en demostrar su incompetencia. No habiendo sede fija, decidirla antes de que empiece la temporada ahorraría malentendidos después, eso para empezar. En Inglaterra (Wembley), Francia (Stade de France), Alemania (Olympiastadion) e Italia (Olímpico de Roma) tienen sedes fijas para estos partidos, y ninguna pertenece a ningún club, no entiendo por qué aquí no se plantea esta posibilidad. 

En definitiva, volvemos a lo de siempre, nos exigen el maldito señorío los que menos tienen. En estos meses se ha faltado al respeto (más de lo normal, que no es poco) al Real Madrid con este tema, llegando a decir  que las obras del Bernabéu eran mentira y llegando a hablar de su estadio como si fuese un bien común, como si fuese su casa. Increíble pero cierto.






Hay una cosa que debe quedar clara: el Real Madrid, y SÓLO el Real Madrid, debe decidir qué eventos se celebran o dejan de celebrarse en su estadio según su conveniencia. Eso ni es egoísmo, ni es soberbia, ni todo lo que nos quieren vender, es simplemente algo de lo que muchos carecen hoy en día, sentido común.

P.D. ¡A la mierda el señorío!

lunes, 14 de mayo de 2012

Cimientos de gloria

La temporada ha terminado y las sensaciones son buenas, se puede decir que la ilusión y confianza que este equipo generó en el madridismo desde la pretemporada se han visto justificadas. Faltó la Décima, que nunca estuvo tan cerca, pero se ha recuperado la sensación de grandeza en Europa, algo que no debió perderse nunca. Volvemos a estar ahí.


Se ha ganado la Liga con 9 puntos de ventaja sobre el que nos intentan vender como el mejor equipo de la historia (por cierto, ¿cuándo ha llegado ese equipo a los 100 puntos en Liga?) y con una superioridad manifiesta, ganando 32 partidos de 38 y perdiendo sólo 2, y marcando 121 goles, unas cifras que quedarán para la historia. Así como quedarán para la historia del club nombres como José Mourinho y Cristiano Ronaldo, los más odiados. No me olvido de los demás, pero sé que el triunfo de estos dos personajes defendiendo el escudo del Real Madrid escuece, y mucho, entre el periodismo y aficiones abiertamente antimadridistas y, por supuesto, en la Central Lechera.






Los números podrían dar a entender que ha sido una Liga fácil, pero no ha sido así. Ha sido un triunfo contra todo y contra todos, cimentado en las reacciones del equipo en los momentos más complicados de la temporada. 
En la primera vuelta, tras dos pinchazos consecutivos ante Levante y Racing, el Rayo empezaba ganando en el Bernabéu a los 10 segundos, el equipo consiguió rehacerse, no cundió el pánico y se logró la victoria. 
Tras perder el primer Clásico ante el Barcelona en el Bernabéu, el Madrid viajaba a Sevilla con un partido menos que los enfermos de la posesión y empatados a puntos. En uno de los mejores partidos del año se goleó en uno de los campos más difíciles de Primera y se conseguía una ventaja de 3 puntos, que ya nunca se vería reducida. 





En Mallorca el partido se puso cuesta arriba con un gol en contra y fue en los minutos finales cuando los goles de Higuaín y Callejón le dieron la vuelta. 
Poco después llegó la semana de más ensañamiento periodístico contra el Real Madrid que recuerdo, tras la derrota en la ida de los cuartos de final de Copa ante el Barcelona, tras la que se cargaron tintas contra Mourinho y Marca sacaba en su portada aquella discusión entre el entrenador y Ramos e Iker. Con este panorama se presentaba el Athletic en el Bernabéu, y se ponía por delante en la primera parte. Y cuando los críticos, antis y pseudos se relamían, el equipo volvió a mostrar fortaleza y remontó el partido.
Las portadas intentando desestabilizar a los jugadores se sucedían mientras los partidos se seguían ganando y la distancia con el Barcelona alcanzaba los 10 puntos. Fue entonces cuando Guardiola, rey de la humildat y príncipe de los valors hacía su grito desesperado pidiendo un empujoncito diciendo que la Liga era "imposible" y diciendo que sólo habría posibilidades de ganarla si se llegaba con una desventaja "de 3 ó 4 puntos al Clásico del Camp Nou". 






Por arte de magia, los arbitrajes se volvieron hostiles hacia el Madrid y esto, unido a la falta de acierto de cara al gol, propició dos empates consecutivos ante Málaga y Villarreal. La distancia se había reducido en menos de una semana de 10 a 6 puntos, pero los siguientes partidos volvieron a ganarse con solvencia, y en Pamplona, un campo siempre complicado para nuestro equipo, se marcaron 5 goles y se dejó de nuevo a los que nos querían nerviosos con la miel en los labios. 
Después llegaría un nuevo empate, ante el Valencia, con otro arbitraje lamentable, y con sólo 4 puntos de ventaja se llegaba a territorio hostil: el Vicente Calderón. Nueva goleada y nueva reacción en el momento complicado, cuando mediada la segunda parte Falcao lograba el empate a uno.
La distancia de 4 puntos se mantuvo hasta el partido del Camp Nou, Guardiola nos tenía donde quería, pero el planteamiento de Mourinho le superó y el Madrid ganó sin sufrir demasiado, pese al ajustado marcador. Cuando el Barcelona logró el empate a 1, una nueva reacción blanca evitó que los culés se viniesen arriba con un mazazo dos minutos después en forma de gol del que nunca aparece en los momentos importantes: Cristiano Ronaldo. 7 puntos de distancia y Liga sentenciada, ya solo quedaba mejorar los números, unos números que tardarán muchos años en olvidarse.







¿Y la temporada que viene qué? Pues habrá que empezar por los pocos retoques que la plantilla necesita. El primer fichaje se llama Nuri Sahin, que esperemos que el año que viene complemente a un Xabi Alonso que empieza a notar el cansancio y no puede estar tan solo en la labor de creación en el centro del campo. La más que posible marcha de Lass podría suponer la incorporación de otro centrocampista más (Javi Martínez sería el ideal) y un lateral derecho terminaría por compensar y equilibrar la plantilla. Si Higuaín acaba yéndose habría que fichar otro delantero, pero eso está por ver.


Lo que es seguro es que si el verano pasado el madridismo estaba ilusionado, la próxima temporada lo estará aún más, y razones hay para ello. Algunos no entienden que cuanto más nos den por muertos y más nos odien, más fuertes nos hacen. Porque el odio que recibe el Madrid es proporcional a su grandeza.