sábado, 17 de agosto de 2013

Los logros de Mou


Esta es, por desgracia, la última entrada de este blog dedicada al proyecto de José Mourinho como entrenador del Real Madrid. Aunque hace ya más de dos meses de su último partido en el Bernabéu me gustaría hacer balance. Lo que los medios de comunicación están intentando (y consiguiendo) es que en la memoria colectiva se recuerde a Mourinho como alguien que llegó al Madrid poco menos que a destruirlo, que fue un fracaso absoluto como entrenador, que su equipo no jugó bien nunca, que estamos en peor situación que cuando él llegó, que ha dividido a la afición y la plantilla y por tanto, será culpable de cualquier mal resultado del Madrid en el futuro. Muchos hemos sido capaces de valorar el paso de José Mourinho por nuestro equipo sin la tóxica influencia de la prensa, y aquí quedarán escritos sus éxitos, para que no se nos olviden. Por supuesto que ha cometido errores durante estos tres años, muchos, pero bastantes menos de los que se venden. Aquí enumeraré los que para mí han sido sus logros, de los errores (los de verdad y los de mentira) ya se ha hecho y se sigue haciendo demasiada propaganda, no hace falta que los enumere.



1. Devolver al Real Madrid al primer escalón del fútbol mundial. Hoy es difícil ponerse en la situación en la que estaba nuestro equipo hace tres años, pero a mí no se me olvida la sensación de tener miedo a un cruce contra el Olympique de Lyon o una Roma venida a menos, y mucho menos la sensación de no ganar ninguna eliminatoria europea durante 7 años, que se dice pronto. Ahora nos temen, antes no. Habrá quien me diga "el Madrid siempre ha sido un grande en Europa", yo le contesto que íbamos camino de dejar de serlo. Estábamos ya, de hecho, relegados a un segundo plano (segundo bombo en el sorteo, no éramos cabeza de serie). Y a nivel doméstico el Barcelona nos pisaba el cuello sin dejarnos respirar, con un aparato mediático que hoy incluso se ha hecho más fuerte, pero al que al menos alguien se ha enfrentado de una vez, porque hasta la llegada de Mourinho la respuesta del Real Madrid como club no era otra que la sumisión, y muchos tememos que vuelva a serlo ahora que no está. A mí no se me olvida que entre 2002 y 2010 lo que más celebró el madridismo a nivel europeo, casi como un título, fue que el Inter de Mou eliminase al Barcelona y éste no pudiese ganar la Copa de Europa en nuestro estadio. A ese nivel estábamos llegando. Ahora llevamos tres años entre los cuatro mejores, a un paso de la gloria. Antes un precipicio nos separaba de ella.




2. El despertar del madridismo. Ha habido un cambio en la afición. Sí, sigue habiendo miles de mentes débiles manipulables por la prensa que son irrecuperables y, por desgracia, acuden en masa al Bernabéu; pero ha habido un despertar. Gran número de madridistas que estaban mosqueados con la situación, hartos de que las decisiones del club estuvieran directamente influenciadas por la prensa, vieron en Mourinho una figura, una señal, para rebelarse contra las imposiciones mediáticas. Contra el señorío y demás falacias utilizadas para dañar mediáticamente a su equipo. Unieron fuerzas e incluso se enfrentaron a la prensa en ocasiones a través de las redes sociales, destapando sus vergüenzas, mentiras y tirando de hemeroteca para mostrar cómo varían sus opiniones sobre una misma acción dependiendo de quién la haga, cómo intentan adoctrinar a esas mentes débiles que compran su discurso. Y eso no debe morir, del paso de Mourinho por el Madrid queda la semilla de un madridismo crítico e independiente y ahora debe seguir creciendo, entre otras cosas defendiendo al nuevo entrenador de los ataques que seguro recibirá cuando a Relaño, Lama o Segurola deje de interesarles que sea entrenador del equipo. Venden que "Mourinho ha dividido al madridismo" y eso es lo que perdurará, pero el madridismo lleva dividido más de tres años, bastante antes de que llegase Mourinho. Dos corrientes: la que se deja influenciar por la prensa y acepta su discurso y un madridismo más crítico e independiente, que se opone a que As y Marca quiten y pongan entrenadores o hagan campaña contra el jugador o entrenador que no les sigue el juego. Lo único que hizo la figura de Mourinho fue dar fuerza a este último grupo, fue la señal, la figura a la que agarrarse en su lucha por conseguir un Real Madrid independiente.



3.  No se sometió, no nos sometió. El Real Madrid giraba en el año 2010 en una espiral en la que se dejaba llevar por la música de una prensa que le golpeaba sin cesar, aletargado, sin darse cuenta de que esa música le estaba matando lentamente. Nuestro presidente iba a hacer una entrevista al telediario de Cuatro y la entrevista resultaba ser una vergonzosa emboscada en la que sólo faltó que Manolo Lama insultase directamente a Florentino. El Barcelona tenía un aparato mediático enorme, dominando no sólo las portadas de Sport y Mundo Deportivo sino las de As y Marca, que no dudaban un segundo en agrandar la figura de Guardiola y atizar al Madrid a la mínima ocasión. En el madridismo existía la sensación de que nos estaban toreando, tanto mediáticamente como institucionalmente. Los árbitros venían al Bernabéu a reírse de nosotros para salir en el periódico al día siguiente mientras que la suerte del Barcelona era bien distinta (no es que eso haya cambiado, precisamente). Los equipos jugaban contra el Madrid como si se jugasen la final de la Champions y se presentaban rendidos y con suplentes al Camp Nou. Por ahí andaba Relaño denunciando el “Villarato”, pero más tarde demostraría que no era su guerra, porque cuando la teoría del Villarato se opuso a su necesidad de que Mourinho abandonase el Real Madrid la dejó a un lado, nunca más se supo. Y ya está, a los que nos quejábamos nos tomaban por locos, llorones, la prensa de Madrid nos daba la espalda, y lo que era más doloroso, el Real Madrid nos daba la espalda. Nadie, absolutamente nadie, de la directiva o el cuerpo técnico levantaba la voz por escandaloso que fuese un arbitraje en nuestra contra o uno a favor del eterno rival. Sumisión absoluta. Hasta que llegó Mourinho, que no es ese tipo de persona que pasa por el aro sin más. Afortunadamente. Aquella rueda de prensa después de que Stark nos arrebatara el sueño de disputar la final de la Champions de 2011 expulsando injustamente a Pepe y condicionando el resultado fue el punto de inflexión. Mourinho dijo lo que casi todo el madridismo pensaba, por fin alguien del club ponía voz a nuestro pensamiento. Aquello acabaría costándole caro, pero es algo que quedará para siempre en la memoria de aquellos cuyo respeto y cariño se había ganado ya y se terminó de ganar aquella noche. No es que los arbitrajes en contra o los agravios comparativos hayan cesado desde entonces, ni mucho menos, pero al menos durante tres años tuvimos la sensación de que si nos toreaban al menos no nos íbamos a callar sin más, que esa falacia del “señorío” no es poner la otra mejilla mientras todo el mundo se ríe de ti.





4. Fin de la hegemonía del Barcelona. Hay quien se empeña en no reconocerlo, quienes dicen que estamos igual que hace tres años, pero no es verdad. José Mourinho cogió en 2010 un equipo acomplejado, que llevaba casi tres años (desde el 4-1 de la 07-08) sin ganar un partido al eterno rival, perdiendo de forma clara ante un Guardiola que nos había cogido la medida. No en vano, el primer Clásico que disputó el Madrid de Mou ante el Barcelona de Pep, tras apenas dos meses de competición, lo perdió con un rotundo 5-0. El último partido de Mou en el Camp Nou con el Real Madrid acabó 1-3, he ahí la evolución. El equipo tenía una barrera mental en sus enfrentamientos contra el Barcelona parecida a la que tenía con los octavos de final de la Liga de Campeones. Y ninguna de las dos está presente hoy, las hizo desaparecer José Mourinho. Hoy Ancelotti coge un equipo que no teme al Barcelona, un equipo que el año pasado se enfrentó seis veces al eterno rival ganándole en cuatro de ellas, empatando en otra y perdiendo sólo una, que además resultó intrascendente puesto que fue la ida de una Supercopa que acabarían ganando los chicos de Mou. Si hay un equipo que teme al otro hoy el día, es el Barcelona. Aquel complejo terminó, y sólo los madridistas que profesen un odio profundo a José Mourinho no serán capaces de agradecerle tal liberación.



5. Títulos. Tres títulos en tres años, menos de los que se pudieron lograr, menos de los que el equipo seguramente mereció, pero de nada sirve lamentarse, el fútbol no es justicia, es meter la pelota dentro de la portería. La plantilla de estos tres últimos años estaba capacitada para haber ganado algún título más, sin duda, y se quedó a las puertas de varios, pero centrémonos en lo conseguido, que contextualizando, una vez más, no es poco, ya que en tres años el Real Madrid consiguió el mismo número de títulos que en los seis anteriores. El primer año llegó la Copa del Rey, ¡qué bien supo aquello! Fue como una liberación. Un puñetazo encima de la mesa. Un “se acabó vuestra fiesta tiquitaquera, hemos venido a jodérosla, estamos de vuelta”. En Barcelona la duda era cuántos goles nos iban a meter y el Madrid, con aquel inolvidable Pepe en el centro del campo que sacó de quicio a todos, les descompuso el cuerpo en una gran primera parte que acabó 0-0. El signo de estos tres años, grandes minutos del equipo en grandes partidos que acababan sin la recompensa del gol por falta de acierto en el remate final y luego se acababa pagando. Pero esta vez no fue así, y aquel remate de Cristiano Ronaldo de cabeza en la prórroga quedará para la historia. De cómo días después Stark y De Bleeckere no quisieron que la historia se repitiese mejor no hablar, porque todos recordamos lo que pasó. El año siguiente el Real Madrid ganaría la mejor Liga de sus 111 años de historia, la mejor desde que existe la Liga, récord de puntos y récord de goles. Una apisonadora que dominó el campeonato de principio a fin, un equipo sólido, vistoso y goleador. Uno de los mejores Real Madrid de la historia, que se quedó a una tanda de penaltis de la final de una Liga de Campeones que debió ser nuestra. El último año comenzó mal, con un inicio titubeante de Liga pero con la bocanada de aire del que a la postre sería el último título de la era Mou, la Supercopa de España, como no, ante el Barcelona. El primer enfrentamiento de ida y vuelta que ganó el Madrid de Mourinho ante ellos, el primero desde la semifinal de la Liga de Campeones de 2002. Lo que pasó después ya se sabe y no conviene enturbiar un texto homenaje con episodios desagradables como camas, filtraciones y traiciones. A cada cerdo le llega su San Martín. Otra vez a las puertas de la final de la Champions, a un solo gol, y un vestuario que mayoritariamente no supo (no quiso) aceptar las exigencias de su entrenador, creándose un clima de tensión que acabó con su marcha.






En definitiva, es injusto valorar el paso de José Mourinho por el Real Madrid sin contextualizar, trasladando la situación actual del equipo (que le debemos a él) a la situación que había cuando llegó, y eso es precisamente lo que se está haciendo desde que se fue. El Real Madrid de hace tres años era un equipo acomplejado en Europa y sometido al Barcelona, y hoy no es ninguna de las dos cosas. Ese es, sin ninguna duda, el mayor de los éxitos de José Mourinho defendiendo nuestro escudo, y por eso y muchas cosas más le estaré eternamente agradecido y deseando que algún día su camino vuelva a cruzarse con el de mi equipo.





Obrigado, José.