miércoles, 27 de marzo de 2013

No hay derecho



Soy español y no me siento identificado con la Selección Española de fútbol. Y sé que no soy el único, ni mucho menos. ¿Razones? Muchas, pero principalmente la sensación de que cada uno de sus triunfos significa una pedrada al Real Madrid, mi equipo.

Celebré mucho en su día la Eurocopa de 2008. Me alegró aquel triunfo. También el Mundial, aunque ya algo menos. En cambio, no sentí lo mismo el pasado verano con la segunda Eurocopa consecutiva. Y si en su día hubiese sabido lo que vendría después, tampoco lo habría sentido en las otras dos ocasiones.

Para mí la Selección siempre fue algo secundario, siempre he entendido que lo lógico es que la prioridad de un aficionado al fútbol sea su club por encima de la selección de su país. Así lo siento yo. Pero eso no me había hecho nunca librarme de sufrir con sus fracasos o disfrutar con sus éxitos. Hasta ahora. No es que deseé que la Selección pierda, pero en muchas ocasiones me resulta más natural que desear que ganen.



El inicio de los éxitos de la Selección coincide con el nacimiento del maldito tiqui-taca, y fue la temporada siguiente al triunfo en la Eurocopa de 2008 en la que el Barcelona de Guardiola hizo el triplete y el Real Madrid tocó fondo tanto deportiva como institucionalmente. De hecho, en ninguna ocasión los éxitos de la Selección han acarreado consecuencias positivas para el Real Madrid, más bien todo lo contrario, mientras que sí han constituido una parte importante del combustible del Barcelona en sus mejores años. Cabe recordar que en la temporada posterior a la Eurocopa de 2008 llegó su tercera Champions y en la posterior al Mundial de 2010, la cuarta.


Todo nació en la asimilación de los éxitos de la Selección como éxitos del Barcelona. Al meter más jugadores que ningún otro equipo en las convocatorias (en la Eurocopa de 2008 no, pero eso ya lo han borrado de la memoria colectiva), el Barcelona fue erigido como artífice, pese a que se puede afirmar con rotundidad que sin las intervenciones de Iker Casillas, jugador del Real Madrid, ninguno de los triunfos de la Selección habría sido posible. De hecho, sin quitar mérito a los que todo el mundo ve como responsables del éxito de España, Xavi e Iniesta, que evidentemente han sido importantes para este equipo, para mí las dos piezas clave han sido Casillas y Villa (cuando se ganó el Mundial no había jugado aún con el Barcelona). Pero ese no es el tema.





La identificación de los éxitos de la Selección como éxitos del Barcelona llevaría al nacimiento de frases como “la Selección juega como el Barcelona”, cuando en todo caso fue Guardiola quién “copió” a Aragonés, ya que cuando España comenzaba a brillar, el filósofo entrenaba en Segunda B. Y este fue el comienzo de algo que no ha parado de crecer desde entonces: la utilización de la Selección como arma arrojadiza contra el Real Madrid.

Cada triunfo del tiquinaccio de la Selección alimentaba la fama del tiquinaccio del Barcelona. La identificación del “juego de toque”, el de la Selección, como único buen juego posible por parte de la prensa benefició la filosofía del Barcelona. Incluso Xavi se creyó que había inventado el fútbol, y con él millones de mentes débiles de todo el país.


Todo esto alcanzó su clímax con el triunfo de España en el Mundial. Fue a partir de entonces cuando el clima alrededor del éxito de la Selección española comenzó a volverse insoportable para muchos seguidores del Real Madrid.

Alegrarse por goles de jugadores de tu eterno rival, que además te había humillado en los últimos años, era ya difícil en condiciones normales; pero si además después los triunfos de la Selección tienen consecuencias negativas en tu equipo y positivas en el rival, resulta imposible. Si se empeñan en identificar al Barcelona con la Selección, tendrán que entender que haya aficionados del Real Madrid que sientan hacia la Selección algo parecido a lo que sienten hacia el Barcelona.

Tras el Mundial, el chovinismo de la prensa, ya en aumento desde 2008, se disparó. Lo español siempre era lo mejor y los equipos que más españoles tenían los mejor tratados mediáticamente. El chantaje periodístico al Real Madrid para fichar españoles y no extranjeros se ha convertido en una constante y ya se repite cada verano. Si el Madrid ficha a un extranjero siempre será criticado porque podría haber fichado a otro, “que encima es español”.


Al triunfo de España en el Mundial le siguió el comienzo del proyecto de Mourinho en el Real Madrid. Mou era una amenaza seria para el Barcelona, no en vano su Inter les había arrebatado la posibilidad de ganar la Champions el año anterior. La prensa española no tardó en identificar lo que suponía una amenaza para el Barcelona como una amenaza para la Selección, y de este miedo nacería el posterior “Mourinho se está cargando el fútbol español”, palabras pronunciadas por Piqué y acogidas con regocijo en la prensa patria, que llegarían un año después tras la Supercopa y el famoso dedo en el ojo (Tito ni insultó antes ni dio una colleja después, que quede claro).

Durante este período de tiempo, la primera temporada de Mou en el Madrid, llegarían “los malos rollos en la Selección”, provocados por aquella sucesión de Clásicos y alimentados por la prensa, que focalizaba toda la culpa en Mourinho, que según ellos hacía que los jugadores españoles del Madrid odiasen a los del Barcelona. O algo así. Dos no se pelean si uno no quiere, me enseñaron a mí en el colegio hace ya mucho tiempo, pero aquí el único culpable era Mourinho, el Real Madrid, que quería destrozar la Selección. Más mierda. Y además desde entonces se identificó a Mourinho como una amenaza para la Selección española.

Después llegaría la bajada de pantalones de Iker Casillas, que presionado mediáticamente hasta la saciedad, telefoneó a Xavi y Puyol para “hacer las paces”. Pero ni siquiera el hecho de que la iniciativa saliese de un jugador del Real Madrid hizo que el hecho repercutiese positivamente en el equipo blanco. La prensa no dudó en interpretar el gesto como un desafío a Mourinho y se provocó otro revuelo mediático contra el Real Madrid con origen en la Selección. Uno más.


Y además, este fue un punto de inflexión muy importante en la figura del capitán del Real Madrid, al que meses antes habíamos visto así en la semifinal de Champions contra el Barcelona:




Imágenes como ésta rara vez han sido vistas después. Iker anteponía el “el buen rollo” en la Selección a los intereses de su club. La Selección y la prensa arrebataban al Real Madrid a su capitán, que se dejaba ir. Hoy en día entre la lista de prioridades de Iker Casillas (y de Sergio Ramos) se encuentra el buen rollo de la Selección, por encima en muchas ocasiones de la defensa de los intereses del club que capitanean.


Al final de la temporada pasada, con la marcha de Guardiola por la puerta de atrás del Barcelona y el triunfo aplastante del Real Madrid en la Liga, parecía el momento idóneo para un cambio de escenario, para la muerte definitiva del tiqui-taca. Pero España se impuso en la Eurocopa, sin el brillo de otras ocasiones y una vez más con la suerte de cara en los penaltis, pero se impuso. Y la filosofía de juego culé, que estaba en coma, renació, haciendo los inicios de Tito Vilanova en la transición mucho más llevaderos.

A todo lo dicho anteriormente hay que añadir dos cosas: la primera y más importante es que son los éxitos de la Selección los que han generado que el problema de las vacas sagradas en el Real Madrid sea más grave que nunca. Iker Casillas y Sergio Ramos, ídolos de España y ensalzados por la prensa hasta la saciedad,  ya sea por amistad o por interés, tienen un status insostenible en el equipo. Son intocables y la prensa tiene muy fácil utilizar sus figuras para poner a la afición en contra de quien les interese, en este caso José Mourinho. Probablemente sin los éxitos de España ambos capitanes serían también vacas sagradas, pero no hasta tal punto. Son intocables y lo saben. Y las situaciones que esta situación ha creado y las que creará solo tienen a un perjudicado: el Real Madrid.

Lo otro que hay que añadir es que me resulta contradictorio compartir alegrías con quienes torpedean a diario el mejor proyecto deportivo del Real Madrid desde la Novena. Ver contentos a los Relaño, Lama, Carreño, J.J. Santos, Juanma Castaño, etc., fanáticos de la Selección española y el tiqui taca y tan opuestos al Real Madrid actual, solo me produce ganas de desear que suceda lo que les quite la sonrisa de la cara.


Hoy en día, cuando España pierde, se centran los focos en jugadores del Real Madrid, como Arbeloa. Nunca es culpa de los jugadores del Barcelona, pero se hartan de recordarnos que hay tropecientos culés en el once titular cuando España gana. De vez en cuando aparecen supuestas disputas entre jugadores de ambos equipos, pero siempre culpando al madridista y si es posible metiendo a José Mourinho por medio. Y ejemplos hay a montones.


Y no hay derecho. No hay derecho a que cuatro juntaletras se tomen la licencia de utilizar los éxitos de la Selección para atacar a mi equipo. No hay derecho a que hayan conseguido que no disfrute con los triunfos de la Selección de mi país. No hay derecho a que hayan adulterado la opinión de millones de personas apoyándose en las victorias de España. No hay derecho a que estos triunfos sean una de las mayores amenazas para el Real Madrid y una de las mayores ventajas para el Barcelona. Y no se lo voy a perdonar nunca a los responsables.

7 comentarios:

  1. Increíble, muy buena entrada, esta opinión es la muchas personas, una de ellas yo. Lo que realmente da asco es esta selección.
    Saludos ;)

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  2. He escrito tanto sobre Mourinho, este “carcinoma con piernas”, que me da una pereza terrible seguir dedicándole tiempo. Es un coñazo como entrenador, tanto en sus planteamientos como en sus apariciones ante los medios. Es de lo peorcito que le ha podido pasar el fútbol en la última década. Y en vez de agradecer a los dioses el haberle elegido para, desde la ordinariez más profunda, llegar a bañarse en pasta y en fama, pues el gachó parece insatisfecho con la vida.

    Este tío es un intruso. Pega en el deporte lo mismo que una peluquera en una convención de Hare Krishna. No me digáis que no pega más con un maletín esperando que le reciba algún jefe de compras de Makro en la sección de crecepelos, que con esas piernecillas de alambre paseando al lado de futbolistas profesionales, con menos estilo para tocar un balón que Juanmita Rodríguez para presentarse al concurso de mates de la NBA.

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  3. Pues desde mi punto de vista acabas de explicar perfectamente el sentimiento que yo también tengo.
    Me resulta muy injusto que por culpa del tratamiento que la prensa da a "la roja" yo ya no pueda disfrutar de los éxitos de la selección española que conformó Luis Aragonés, sin duda el gran artífice de estos logros.
    No sé si es para tener contentos a los catalanes y que dejen de dar el tostón con la independencia, o para controlar al Real Madrid por intereses puramente económicos, pero lo que sí está claro es que si algo han conseguido es que ahora me alegre más un triunfo de Portugal o Alemania que de "la roja" que mira si es falsa que ha necesitado un nombre comercial para poder venderse. Y ojito! que lo digo yo que no soy de derechas ni de izquierdas, que soy de los que pienso que en España se lleva luchando ya muchos años una guerra de los de arriba contra los de abajo.
    Un saludo, y perdón por la extensión del comentario. Hala Madrid!

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  4. No olvides que a Ramos se le llamo mejor central del mundo y a la vez se enfocaba la carita de envidia de Piqué

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  5. Yo pienso que en cualquier país primero se anteponen los éxitos de la selección antes que a sus clubes y en España algo debe estarse haciendo mal para que los madridistas hayan dejado de tener ese sentimiento. He visto que ser vende mucho en el resto del mundo la frasecita "el fútbol lo definen el Barcelona y España", "gracias al Barcelona, España es campeona del mundo" y chorradas como esas que cansan a cualquiera. Hace mucho tiempo yo sentía cierta afinidad hacia la selección española (no soy español, pero siempre me simpatizó la selección española), en la época de Raúl, Morientes, Hierro, Vicente, Salgado, etc., incluso cuando ganaron la Euro con Aragonés me sentí alegre por una nación que tenía años y años intentando llegar a la gloria. Luego empieza el Barcelona a copiar ese estilo y le sacan el jugo, no lo niego, pero ha sido la prensa la que ha hecho que ese estilo solo pueda ser odiado o amado. Antes no me desagradaba, ahora lo detesto. Y eso ha sido por la maldita prensa y creo que la razón, como bien la has dicho, es para 'proteger' a la selección. Mientras sigan los éxitos de España con ese estilo, los madridistas tendrán que luchar contra un enemigo que puede manejar los medios a placer, afortunadamente llegó un hombre como José Mourinho que tiene actitud total sobre cualquiera que quiera imponerse dentro del club. No se preocupen, pronto vamos a ver los frutos de una lucha que aparentemente estaba perdida cuando el Madrid levante La Décima, jugando con verticalidad y al mando de Mou, mientras en todo el mundo nos cagamos en el tiqui-taca.

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  6. Sigues dando asco y pena a la vez

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  7. Una vez más estoy de acuerdo en lo que dices, pero esta vez con pequeños matices. Me explico:
    Vaya por delante que yo también he dicho (desde siempre) que soy más del Madrid que de la Selección, pero igualmente quiero que la Selección gane siempre. De hecho yo siento a Puyol, Iniesta, Pedro, Llorente o Javi Martínez como míos cuando juegan con España.
    Pese a eso, como tú creo absolutamente que los éxitos de la selección perjudican al Madrid, lo cual me produce un sentimiento muy extraño.

    Por otro lado, creo que el origen de esta campaña está en Cataluña, y que toda la panda de periodistas españoles que has nombrado (te faltan muchos más), no son los causantes, sino víctimas de esta campaña.
    Aparte de otros motivos que ya expuse en un comentario a uno de tus artículos de diciembre, a la prensa catalana le interesaba crear la manera de apoyar a sus jugadores sin estar apoyando lo mismo que apoyan los madridistas y que además se llama España. Y crearon la historia de que los madridistas preferíamos que ganara Portugal, por CR7, por las similitudes de juego España-Barça y Madrid-Portugal (¿¿¿¿????) y por no apoyar a los culés. Lo pude leer en prensa deportiva catalana.
    Entonces todo el mundo se la tragó y en ese momento gran cantidad de periodistas españoles (incluso madridistas), cayendo como tontos en el juego, se subieron al carro de la dichosa teoría.
    Soy madridista y español en Cataluña y te aseguro que he tenido que llegar a decirle a un compañero de trabajo por su insistencia con lo de Portugal: “No me comas la cabeza. Tú no lo se, pero yo tengo claro con qué selección voy”.

    Con esto quiero decir, que el gran éxito de esa campaña es conseguir precisamente que los madridistas no nos sintamos partícipes de unos éxitos que son tan nuestros (Casillas, Ramos y Alonso han sido vitales) como suyos. Y parece que lo están logrando.
    Lo que si han conseguido es que los periodistas del resto de España adulen y defiendan a muerte el tiquitaca contra la “invasión portuguesa”.

    Siento haberme extendido.
    Sigue escribiendo.
    Un saludo

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