miércoles, 6 de marzo de 2013

Por ahí no paso


Tras el partido de ayer, aquellos que se relamían ante una posible eliminación del Madrid han optado, como no podía ser de otra manera, por decir que se clasificó gracias a que el árbitro expulsó, según ellos injustamente, a Nani. 

Admito que la jugada ofrece dudas y entiendo que haya gente que diga que podría haber sido amarilla, pero no se puede asegurar categóricamente que la expulsión fuese injusta como se ha hecho desde diversos medios. Para empezar, porque el reglamento de la FIFA dice frases como éstas: "Un jugador será culpable de juego brusco grave si emplea fuerza excesiva sobre su adversario en el momento de disputar el balón. Todo jugador que arremeta contra un adversario en la disputa del balón de frente, por un lado o por detrás, utilizando una o ambas piernas con fuerza excesiva y poniendo en peligro la integridad física del adversario, será culpable de juego brusco grave. Se expulsará a todo jugador culpable de juego brusco grave."

Es decir, reglamento en mano, la tarjeta roja injusta no es. Es verdad que Nani no ve a Arbeloa cuando levanta la pierna, pero también es verdad que cuando le ve no solo no hace nada por intentar quitarla sino que la mantiene firme e insiste. Además el teatro que hace después es delator de que sabía que había metido la pata. Aún así, lo peor no es que se asegure que la expulsión es injusta, lo peor es que se intenten justificar con esta expulsión los favores que sí ha recibido el Barcelona en Europa en los últimos años.




Y por ahí no paso. No paso porque lo de ayer, para empezar, no fue un robo. Y no paso porque, por ejemplo, hay muchas diferencias entre la entrada que hizo Nani ayer a Arbeloa y la que hizo Pepe a Alves hace 2 años.






Debería bastar la imagen para darse cuenta de ambas acciones no son comparables, pero explicaré las diferencias para quienes no se quieren enterar.

1. La situación del balón. Pepe lo tocó, Nani no (ni estuvo cerca).
2. Pepe no tocó a Alves, siendo muy generoso diré que le rozó de refilón. Nani le clavó los tacos a Arbeloa en las costillas.
3. Arbeloa no fingió después de la entrada, Alves sí.
4. La entrada de Nani es a la altura de las costillas, la de Pepe muchísimo más abajo.
5. Los jugadores del Madrid no se arremolinaron alrededor del árbitro, que tuvo bastante tiempo para meditar su decisión, tras la entrada a Arbeloa. Los del Barcelona si.






No, definitivamente por ahí no paso. 

Y sobre todo, no consiento que se diga que las decisiones arbitrales han condicionado la eliminatoria a favor del Madrid, porque haciendo un repaso rápido por las acciones polémicas tanto en la ida como en la vuelta me salen las siguientes:


En la ida:
1. Penalti a Di María en la primera parte.
2. Gol del United que viene de un córner que no es.

En la vuelta:
1. Gol del United precedido de un fuera de juego de Van Persie.
2. Penalti no pitado por mano de Rafael en el área del Manchester que además debió ser roja, antes de la expulsión de Nani.
3. La expulsión de Nani.
4. Penalti claro de Ramos pasado el minuto 90.


Incluso en el hipotético caso de que la expulsión de Nani hubiese sido injusta, no sé dónde alguien con algo de criterio puede ver que el arbitraje decidió a nuestro favor. 



7 comentarios:

  1. Eres un crack, sigue así, que habrá gente que te apoye en todo lo que hagas, como yo.

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  2. Quim Domenech jo*ete!!!.

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  3. Haces una gran labor con este blog, ¡enhorabuena!

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  4. Desmontando las falacias de los culés y los antimadridistas, que ahora se justifican de sus atracos anteriores. Sigo diciendo que al Madrid los arbitrajes, en general, le han perjudicado muchísimo más que lo que le hayan podido beneficiar. Buen artículo.

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  5. Esto lo deja todo claro.

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  6. Nadie se preocupó cuando asomó por Barcelona, porque parecía un simple constipado. Así que el virus creció. Y al llegar a Madrid, su poder ya era letal. Lejos de controlarlo, le abrieron las puertas y así estamos. Presos del virus Mourinho. No pongan esa cara. Cierto que, con la que está cayendo en esta crisis que llaman vida, parece un asunto menor. Pero no lo es. Porque se está saliendo del ámbito del fútbol para contagiarlo todo. Aunque, por ahora, volvamos al fútbol. Tengo claro que en este deporte nacido juego y convertido en espectáculo los cristales tienen infinitos colores. Y que no hay mejor definición de la palabra eternidad que dos aficionados decidiendo un penalti, aunque sean del mismo equipo. Pero Mourinho está infectando a demasiada gente. Incluidas personas serias. Da igual que se haya pasado por el forro de la entrepierna el escudo, los valores del club que le paga y a sus socios y seguidores. O que ponga en solfa a colegas, premios y entidades. Incluso que ataque a símbolos vivos de su equipo o del fútbol en general. Porque no se detiene, ni le detienen. Y ustedes dirán: ¿A mí qué, si no soy de ese equipo? O apuntarán: Me da igual, porque aborrezco el fútbol. Incluso añadirán: Merecido lo tienen, porque el fútbol es el opio del pueblo. Error. Esta semana hablaba con un conocido sociólogo y está preocupado por el cariz que está alcanzando el tema. "En el deporte hemos encumbrado a tontos, mentirosos y hasta a malas personas. Pero en una disciplina de equipo, que el entrenador luzca tal ego y opte por el individualismo es un ejemplo demoledor para las nuevas generaciones". Amen.

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  7. Cuento con amigos entre la afición del Madrid y les veo fuera de sí. Los menos, exigen que Mourinho cambie o se largue, pero los más, ahí está el problema, justifican el grueso y zafio trazo con el que está escribiendo el portugués las actuales páginas del club blanco. A fecha de hoy, y según encuesta, el 80% de ellos están con el portugués. La cosa pinta fea. Primero lo presentaron como una necesaria tensión psicológica. El entrenador llegaba para avivar las apagadas brasas de una afición que es más de murmullo que de ánimos en la grada. Luego dijeron que era para desviar la atención hacia él y evitar presiones a los jugadores. Y todo eso es cierto. Pero Hyde está ganando a Jekyll. Si es que alguna vez existió Jekyll. Nunca en la historia de la Liga hubo un personaje así. Me refiero en un club grande. Los ha habido bocazas, nosotros hemos tenido alguno, macarras, también los frecuentamos, torpes, mejor no dar nombres, o vehementes, de esos tuvimos a patadas. Y el resto de los equipos, igual. Pero Mourinho es el cóctel de todos. No será comisario soviético en la Guerra de Invierno, pero sus molotov son igual de explosivos. Ni sabe ganar, ni mucho menos perder. El último feo a Del Bosque, más allá de la mala relación entre ambos, refleja el desprecio por las formas. Y conste que ha ido dejando pistas a lo largo de su vida pero muchos no quisieron verlo.

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