Sinceramente, pensaba que el inicio de año iba a resultar
más duro para el Madrid de lo que ha resultado ser. No es que los partidos no
hayan sido difíciles, ha costado mucho sacar algunos adelante, sobre todo fuera
de casa, pero el equipo no se ha dejado ni un solo punto en los meses de enero
y febrero (en los que el año pasado se perdió la Liga) y su ventaja sobre el
segundo se ha visto ampliada de 3 a 10 puntos. Números abrumadores se miren por
dónde se miren. Números de equipo campeón.Y sin Di María, que es un jugador muy importante para el equipo.
Aún así, negar que el Madrid ha tenido suerte en algunos de
sus últimos partidos sería negar una evidencia. La tuvo en Vallecas o Mallorca
y la tuvo en Sevilla este fin de semana. No obstante, muchos se empeñan en
desprestigiar la espectacular trayectoria del equipo diciendo que estos
partidos fueron ganados por ayudas arbitrales. De todos ellos, el único en el
que a mi juicio el árbitro pudo influir en el resultado fue en el partido ante
el Rayo, ya que Ramos debió ser expulsado (Diego Costa también, por cierto) en
la primera parte, lo que podía haber condicionado el resultado. Se habla de un “gol
anulado” en Mallorca que no fue tal, porque el árbitro pitó media hora antes de
que el jugador del Mallorca anotase, sin que Casillas se esforzase en evitarlo,
y que además viene de un más que posible penalti a Callejón en la misma jugada.
Y en Sevilla, si la mano de Xabi es penalti, la mano de Rubén Castro en el
primer gol del Betis también lo es. O las dos o ninguna. En cuanto a la de
Ramos, en la toma frontal (que es en la que mejor se han visto las cosas
siempre, ¿desde cuándo vale más una vista trasera en la que ni siquiera se ve
el balón que una frontal?) se aprecia claramente que el balón le da en el muslo
y en cualquier caso, podría haber dudas, pero lo que no se puede afirmar es que
es un penalti clamoroso, y mucho menos hablar de robo. Aquí está, por cierto, la toma frontal:
¿Acaso el árbitro no benefició al Barcelona en el Calderón hace dos semanas? ¿Eso no cuenta? ¿Hay dudas sobre si a Busquets le golpeó el balón en la mano o en el muslo?
¿Acaso el árbitro no benefició al Barcelona en el Calderón hace dos semanas? ¿Eso no cuenta? ¿Hay dudas sobre si a Busquets le golpeó el balón en la mano o en el muslo?
Lo que parece haber cambiado en el tema arbitral (obviando,
por supuesto, el arbitraje de Teixeira en la vuelta de los cuartos de Copa del
Rey) es que en las jugadas dudosas ya no se perjudica siempre al Madrid, ya no
se antepone la culpabilidad de sus jugadores, aunque el tema de las tarjetas
amarillas que recibe el equipo sigue siendo sangrante. Y no ha sido así toda la
temporada. Por ejemplo, me gustaría recordar el penoso arbitraje de Turienzo
ante el Levante en la primera vuelta, que costó una derrota, expulsando
rigurosamente a Khedira en la primera parte y no pitando esta clara mano de
Iborra dentro del área, que a muchos parece habérseles olvidado.
Es cierto, el Madrid este año, en Liga, no se puede quejar
de los árbitros (de momento), pero no porque le hayan ayudado, sino porque no
le han perjudicado, cosa que en los anteriores sí estaba sucediendo. Ha habido
suerte, a la que no conviene aferrarse (cualquier día vuelve a cambiar la
historia) pero que se echaba de menos. No recuerdo la última vez que se podía
decir que el Madrid tenía a menudo lo que llaman la suerte del campeón. Quizá
la última vez que el Real Madrid era un equipo verdaderamente campeón.
No todo es suerte aún así, el equipo tiene un oficio y un
nivel de sacrificio que no recordaba en muchos años, una confianza en sí mismo que
puede resultar vital. Y no creo que haga falta decir que eso se lo debemos
atribuir al mejor motivador de los banquillos, ese que nos está haciendo grandes
de nuevo, José Mourinho.
Ahora falta lo más difícil, no dejarse llevar por la euforia
(el equipo lleva mucho tiempo sin estar líder destacado, es algo nuevo para
muchos) y hacer honor al apellido de su suerte y convertirse en campeones.
Primero de Liga, y después manteniendo vivo el sueño de la Champions hasta la
final de Múnich. No hay ninguna razón para no confiar en este equipo.
P.D. Curioso que desde el Barcelona se quejen de los
árbitros y de supuestas ayudas al Madrid cuando son los árbitros los que les
han llevado en volandas a la final de Copa del Rey. Y más después de las
palabras de Godall, cuya poca repercusión roza lo indignante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario