Ya hace tiempo que vengo quejándome de la hipocresía que rodea al mundo del fútbol y el doble rasero que se utiliza para medir las acciones de Real Madrid y Barcelona, pero es ahora, a pocos días de acabar la Supercopa de España cuando procede más hablar de ello, cuando tengo los ejemplos recientes y no se me olvidan las cosas.
En esta Supercopa se ha visto un equipo superior, el Real Madrid, y eso parece escocer mucho a algunos, pero es así. En la ida mereció ganar, y por más de un gol. El Barcelona aún no sabe cómo se encontró aquellos dos goles en el Bernabéu, pero el fútbol es así y en otras ocasiones ha sido el Madrid el que ha llegado dos veces y ha metido dos goles, no hay que darle más vueltas, la suerte aquel día no estuvo de nuestro lado y ya está. Tampoco lo estuvo en la vuelta, con ese balón al larguero y otras cuantas ocasiones que se escaparon por poco, y encajando un gol (otra vez) en el minuto 45 (por cierto, hay una repetición de ese gol, desde el ángulo contrario, en el que da la sensación de que Messi se ayuda del hombro al controlar y darle el balón a Piqué, pero no la he vuelto a ver casualmente, y no hay manera de que salga de dudas porque no la ponen). A parte de esto quedan las ”pequeñas cosas” en las que, ante cualquier duda, siempre se pita a favor del Barcelona. No tendría por qué ser raro teniendo en cuenta que siempre en la historia del fútbol la mayoría de los árbitros han sido “caseros”, favorables al equipo que juega en casa ante estas situaciones, pero es que en los últimos años parece que el Barcelona juega siempre en casa porque ese trato de favor lo tiene siempre. Aún así, en la vuelta de la Supercopa nos encontramos con uno de los mejores arbitrajes de los últimos clásicos, sin ningún error grave y controlando bastante bien hasta que los jugadores empezaron a ponérselo difícil con protestas y teatros. Con protestas los de ambos equipos, con teatros sólo los de uno. A Mascherano, Abidal, Busquets o Iniesta les cuesta muy poco caer al suelo, en cuanto tienen problemas para controlar el balón o se les echan encima buscan el contacto con el rival para dejarse caer y provocar la falta. En muchas de las faltas que reciben, el jugador contrario ni se mueve, y las de Iniesta son siempre iguales, pone la espalda, deja el pie un poquito atrás, enseña el balón y en cuanto el rival acerca el pie a la pelota y le roza a él cae al suelo a plomo, y falta.
Las típicas faltas que buscan los centrales de todos los equipos dejando el culo atrás para recibir el contacto y tirarse, en Barcelona las hacen casi todos en cualquier parte del campo. Durante toda la segunda parte del partido de vuelta, mejor dicho, hasta el minuto 82, cuando empató el Madrid, el Barcelona se dedicó a perder tiempo (a su manera, buscando el suelo), a encerrarse atrás buscando la contra (con cambio defensivo del Guardiola incluido, Adriano por Villa, para los puristas) y a dar pelotazos. Si ese es el juego del que tanto presumen, eso de “ir siempre a por otro gol”, “defender con el balón” o “no dejar de atacar”, debe ser que yo no me entero, debe ser que ellos ven algo distinto por el televisor a lo que veo yo. Cuando llega el minuto 70 o 75 de un encuentro y el Barcelona va ganando, su forma de dormir el partido no es otra que la de sobar la pelota en su propio campo y si les aprietan un poco irse al suelo. Lo vengo observando desde hace un par de temporadas y es así, no falla, y no sólo si van ganando por un gol, hay veces que incluso siendo más goles los que llevan de renta, actúan de la misma forma. Abidal, Piqué y Valdés son los jugadores que monopolizan el juego del Barcelona durante los últimos minutos de la mayoría de los partidos, y si no solamente hay que ponerse en el televisor y mirarlo. Si en una de esas largas posesiones consiguen que le llegue el balón a Messi y haga un roto y meta un gol… maravilloso, ya tienen el mejor ataque del planeta.
Estas cosas, evidentemente, no las ve nadie, ni siquiera todos los madridistas lo ven. Todo el que haga algo de caso a la prensa, ya sea por televisión o periódicos tendrá mucho más difícil hacerse una opinión objetiva, porque la información deportiva de este país es una continua reverencia al Barcelona, haga lo que haga, y un continuo martillo contra el Madrid, haga lo que haga. Son modas, todos se apuntan al caballo ganador, como siempre. Lo que ha cambiado con respecto a otras modas es que esta vez no se conforman con apuntarse al caballo ganador, sino que intentan cebarse con el que gana menos, hundirlo como sea, les divierte meterse con el Madrid y lograr que toda España se crea sus falacias y crezca el odio hacia nuestro equipo. Todas esas falacias que siempre salieron de la prensa catalana y todo el mundo asumía su cierta radicalidad y subjetividad, ahora son aceptadas, como si fuesen la verdad absoluta, difundidas por el resto de medios (en menor medida y sin insultos, pero difundidas al fin y al cabo), y aceptadas por la gente, que como borregos creen todo lo que les dicen. Todo lo malo que haga alguien del Barcelona será disimulado y se le restará importancia, lo malo que haga alguien del Madrid merecerá la máxima pena posible. Se habla de cantos racistas contra Alves en el Bernabéu, pero no se habla de cantos racistas contra Marcelo (que los hubo) en el Camp Nou, ni de Busquets llamando mono a Marcelo, ni de Villa insultando la religión de Özil para sacarle de quicio. No se habla porque ellos son ejemplares y modélicos.
Luego está el asunto de la prepotencia. ¿No es prepotencia decir que eres un ejemplo para los niños, que los jugadores de tu equipo son míticos y que cuando ellos pierden pierde el fútbol? A mí eso no me parece humildad precisamente, Xavi, por ejemplo no me parece humilde, cada declaración que hace tiene un doble filo y una intención de atacar al contrario y ensalzarse a sí mismo (cuando ha alcanzado su plenitud futbolística casi a los 30 años, después de haber sido criticado durante la mayoría de su carrera). Dos no se pelean si uno no quiere, eso me enseñaron a mí, pero en todas las trifulcas que tienen Madrid y Barcelona siempre, a la hora de buscar culpables los dedos apuntan a jugadores o técnicos madridistas, y según ellos “Mourinho se está cargando el fútbol español”. Estaban mucho mejor hace dos años cuando nadie les plantaba cara, ganaban a su antojo y nadie se atrevía a decir esas verdades que tanto les duelen. La diferencia entre antes y ahora es que antes el Madrid callaba y tragaba con todo y ahora no lo hace, ha entrado en el juego de no cerrar la boca, en el juego que han tenido ellos durante sus más de 100 años de historia, porque sí, ellos también han hablado, y mucho. Y además, los duelos deportivos entre los dos equipos han aumentado en calidad y pasión desde que está Mourinho, y dudo que eso sea malo para el fútbol español, que ahora tiene posiblemente a los dos mejores equipos del mundo en su Liga. También me parece algo osado lanzarse a insinuar y criticar (Xavi) que el Madrid ha orientado su pretemporada sólo a preparar la Supercopa y no la temporada en sí, cosa que no creo que sea así visto lo que dijo Mourinho, que no dio demasiada importancia al título antes de disputarse. Pero es que, aunque hubiese sido así, ¿qué derecho tiene ese a decir lo bien o mal que se ha preparado un rival para la temporada que empieza? Un tío que se cree que ha inventado el fútbol debe sentirse una eminencia en posición suficiente para decir si los demás hacen lo que deben o no. Quizá sea verdad que los segundos años de Mourinho son mejores y se haya empezado a ver ya con una superioridad física evidente y por eso estén con algo de canguelo. Y vuelvo a decir lo que vengo diciendo últimamente, cada uno empieza su pretemporada CUANDO LE DA LA GANA y sabiendo a las consecuencias que se tiene que atener tanto si lo hace antes como después, no debe servir como excusa una cosa que tú mismo eliges y me parece lamentable que haya sido utilizada por parte del Barcelona, desde los directivos hasta los jugadores, pasando por supuesto por el falso humilde.
Muy poca gente entiende a qué me refiero cuando hablo de Guardiola como “falso humilde” o “hipócrita”, tiene engañada a casi toda España, madridistas incluidos, con su labia y sonrisita. Me falla que normalmente no encuentro ejemplos directos que justifiquen lo que digo, que más que a ejemplos concretos se refiere a una actitud continua por parte del entrenador del Barcelona. Hoy si tengo algún ejemplo. Ya he dicho, no me quiero repetir, que el Madrid fue mejor en el partido de ida en el Bernabéu y mereció ganar. Después de ese partido, en rueda de prensa a Guardiola le costaba reconocer la superioridad del rival, achacándola continuamente a su mejor preparación física, a que ellos llegaban justitos, al balón de playa, a las ausencias… Y no admitiendo el injusto resultado, o haciéndolo a regañadientes. En la rueda de prensa posterior al partido de vuelta no tuvo problema en decir que si en el partido de ida hubiesen quedado 4-1, 4-2 o 5-2 no habría pasado nada, que habría sido lo normal por las ocasiones del rival. Mi pregunta es: ¿Por qué no lo dijo en su momento si tan claro lo tenía? Porque supongo que pensaba lo mismo el día del partido de ida también. A lo que voy es a que es muy fácil ser humilde y reconocer las cosas cuando ganas y cuando sabes que ya no tienes nada que perder. Es muy fácil reconocer los méritos del rival cuando todo te va bien y cuando estás en la cresta de la ola. Será más difícil cuando empiecen a perder. Tengo la intuición de que la intención de Guardiola es irse del Barcelona cuando las cosas se pongan feas o incluso antes, por lo que quizá no veamos los malos modos del modélico cuando llegue esa situación, ojalá llegue este año y no nos lo perdamos. Sin embargo, ya nos dejó algunas pinceladas en la única ocasión en los más de 3 años que lleva en el Barcelona en la que se ha visto ligeramente contra las cuerdas, tras la final de la Copa del Rey del año pasado. Ahí se vio al verdadero Guardiola, el que nunca se queja de árbitros, protestando por un acierto del linier en la final de Copa y viniéndose arriba en la siguiente rueda de prensa, poniéndose nervioso y llamando “el puto amo” con sorna a Mourinho, todo un ejemplo para los niños también. A eso me refiero cuando digo que es hipócrita, no deja ver lo que de verdad piensa porque le van las cosas bien, pero en cuanto le van un poco mal sale el verdadero Guardiola, el que se exaltó en un partido y chilló por un pinganillo al auxiliar para que le oyese el árbitro, y luego se atrevió a decir, con toda la tranquilidad del mundo que un árbitro mentía en su acta. El jugador más expulsado de la historia del Barcelona. Todos los que están metidos en el mundo del deporte tienen arranques así y son justificables a mi modo de ver, no me parecen reprochables del todo los arranques de Guardiola, lo que no apruebo es que los arranques de unos sean demonizados y los de otros sean obviados porque ahora “son los buenos” y hay que apoyarlos en todo e ignorar las cosas malas que hagan.
Cuando alguien pierde los estribos y hace alguna acción fuera de lugar (siempre y cuando éste sea del Madrid, por supuesto), nadie se para a buscar las causas que le han llevado a actuar así. Se ha hablado mucho de la tangana del final del partido de vuelta de la Supercopa, del dedo de Mourinho y demás, pero no he escuchado a nadie hablar del gesto de Messi con la mano mientras pasaba por el banquillo del Madrid después de anotar el tercer gol de su equipo, como invitándoles a hablar, lo que a mí me parece un gesto de provocación evidente. Pero como Messi es tan bueno, tiene cara de no haber roto un plato en la vida y meterse con él está prohibido pues nada, no pasa nada. A estas cosas me refiero cuando digo que es muy fácil decir que unos no saben perder, pero difícil admitir que hay otros que no saben ganar.
Ah y se me olvidaba, de siempre, cuando un jugador llega a última hora y no tiene la licencia federativa para jugar el siguiente partido, se queda sin jugarlo hasta que esa licencia llega. No recuerdo ningún caso concreto ahora mismo, pero sé que ha habido casos con otros equipos, nunca con el Barcelona. Porque el otro día a Fábregas le bastó con el DNI y un “permiso de la federación” para disputar el partido.
Me queda hablar de la campaña anti-Mourinho y de Mourinho en sí, de la supuesta violencia del Madrid y de Pepe y Marcelo, pero lo dejaré para otra entrada que esta ya se está alargando.
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