lunes, 15 de agosto de 2011

Ayer en el Bernabéu

Ayer estuve en el Bernabéu, no voy mucho, bastante menos de lo que me gustaría, por lo que cada vez que voy se convierte en una ocasión especial, y ayer lo fue más porque era un R. Madrid-Barcelona, un partido difícil de olvidar. Me he propuesto escribir lo que fue para mí ese partido sin leer antes ni un solo periódico ni ver imágenes en la tele, hacerme una opinión sin influencias de la prensa, así que allá voy.








Lo primero, el ambiente: espectacular. No hay otra palabra que lo describa mejor. A los que dicen que el Bernabéu es como la ópera o el teatro les habría sentado ayer en mi butaca sólo durante 5 minutos. Hubo un momento de la segunda parte, justo después del empate de Xabi Alonso, que era una caldera. Cada vez que se lanzaba un córner o una falta cerca del área contraria el griterío y los cánticos eran ensordecedores, estoy afónico.  Dudo que por la tele se escuche todo lo que se oye allí, durante prácticamente los 90 minutos se coreó al Madrid y se insultó al Farsa y el árbitro.









Y hablando del árbitro: lamentable. Es verdad que no vi todas las jugadas claramente, puede que jugadas que vi claras allí no lo sean tanto en el televisor, pero si lo de Valdés a Cristiano no fue penalti, yo me tengo que cambiar la graduación de las lentillas, porque ese sí que lo vi clarísimo, tan claro que no me explico como el linier, que estaba al lado, ni el árbitro, lo pudieron ver. Sencillamente no lo entiendo. Después los del Farsa pidieron uno de Marcelo sobre Pedro (creo que fue él, no estoy seguro). No vi bien la jugada y no puedo decir si fue o no fue, pero lo que tengo claro es que si hubiesen pitado el anterior, esa jugada no se habría producido. De todas formas, lo que supongo que quedará hoy en las noticias deportivas y demás serán esas dos jugadas polémicas y lo de Alves (otra vez, cómo puede tener la cara tan dura de venir a reírse del Bernabéu una vez más y hacer el payaso de esa manera. En serio, me parece increíble que lo volviese a hacer y que encima protestase, o es tonto o se fuma algo, no hay más). No se leerá nada sobre lo que yo llamo “las pequeñas cosas”. Y las pequeñas cosas son: lo fácil que es sacar tarjetas al Madrid y lo difícil que es sacárselas al Barcelona, lo fácil que es ver jugadores del Farsa besando el suelo y que siempre les piten falta y lo difícil que es que a los del Madrid se las concedan, las pérdidas de tiempo desde el minuto 1  por parte del Barcelona sin ningún castigo y en resumen, esa sensación que parecen tener sus jugadores de que pueden hacer lo que les dé la gana porque no va a pasar nada. Y hablando de pérdidas de tiempo, me sorprendió muchísimo que desde el 0-0 inicial el Barcelona tardase una eternidad en sacar de puerta, de banda, las faltas… menos mal que son un ejemplo de juego limpio. Ah, y ayer regaron el césped un buen rato, yo lo vi con mis ojitos. Y no soy un experto en la materia, pero no vi la hierba muy alta que digamos, el balón rodaba que daba gusto. Qué excusa pondrán ahora, ¿el balón, la pretemporada o incluso el árbitro (son capaces, está claro)? La pretemporada cada uno la empieza cuando le da la gana y se tiene que atener a las consecuencias, por cierto.



Pero bueno, ahora me voy a centrar en el partido en sí. Está claro que objetivo no puedo ser, pero cualquier persona que lo viese coincidirá en que el Madrid fue mejor y mereció ganar. En la primera parte fue muy superior, pudo marcar algún gol más pero el Barcelona tuvo la suerte de que las dos veces que pasó del medio campo acabaron en gol. Me gustó mucho la actitud del Madrid de no venirse abajo pese al injusto resultado y ese gol que llaman muchos, con acierto, “psicológico” en el minuto 45. Fue el inicio de la segunda parte el peor momento de nuestro equipo. El Barcelona salió a intentar dormir el partido en su campo y buscar largas posesiones para acabar desquiciando al Madrid (tiqui-taca lo llaman algunos, en fin…), pero el Madrid no se rindió y siguió presionando, gracias a un robo de balón logró un corner y de ahí salió el empate. Después los jugadores se vinieron arriba y fue ahí donde la suerte no nos sonrió y las fuerzas fallaron un poco. Hubo ocasiones para haberse puesto por delante, sobre todo ese cabezazo de Benzema (que espectáculo de jugador, y eso que no fue su mejor partido, cuantas alegrías nos va a dar), pero no pudo ser. Nada que reprochar a los jugadores, que lo dieron todo y pusieron contra las cuerdas durante casi los 90 minutos al que supuestamente es el mejor equipo del mundo. El miércoles es la vuelta y el equipo tiene que salir igual que ayer, se les pudo ganar ayer y se les puede ganar el miércoles, no hay ninguna razón para no confiar en este equipo, más bien todo lo contrario.




Ah, y a los puristas de la posesión, el juego y las ocasiones, ayer el Madrid dominó en todo eso, ahora si sois resultadistas, ¿no?






P.D. Se me pusieron los pelos de punta cuando al retirarse Villa del terreno de juego el Bernabéu coreó al unísono el nombre de Raúl. El espíritu del eterno capitán se resiste a abandonar el Bernabéu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario